Apostol

Camino del Norte

Etapa

29

Cultura

Abadín

Parece ser que el nombre de esta localidad pudiera tener su origen en los descendientes del fundador del reino de Taifas en Sevilla, Abul Kasin o Abad I, fundador de la dinastía de los Abaditas. Más creíble es el origen de su nombre por su lejana pertenencia a las abadías de Meira o Lourenzá.
La influencia romana es evidente en los pedregales auríferos, consecuencia de la explotación continuada de las minas de oro. El término municipal de Abadín formó parte de una jurisdicción en la que figuraban lo señoríos de Baroncelle, Costa do Monte y Vilarente. En 1254 el abad del monasterio de Meira otorga una carta-puebla a favor de 54 pobladores de la granja de Vilarente, origen del actual ayuntamiento. Hacia 1500 sobresale por su importancia la familia Luaces, a uno de cuyos miembros le fue concedida carta de nobleza en 1515. Luis Luaces compró al cabildo de Mondoñedo el coto de Abadín con su jurisdicción civil y criminal, con señorío de soga y cuchillo.
Vestigios arqueológicos de esta localidad, que deben ser visitados son: La Mámoa de Romariz y los castros de Os Castros, Terraxis, Abeledo y Romariz.

Martiñán

Como el resto de la comarca, Martiñán presenta un carácter eminentemente rural con numerosos terrenos dedicados a pastizales para abastecer las necesidades de alimentación de su amplia cabaña bovina.

Goiriz

Como todas las localidades gallegas, cuenta con un importante pasado prehistórico y un esplendoroso momento histórico marcado por la llamada cultura castreña. La dominación romana supuso el fin de la misma y la romanización de esta zona.

Vilalba

Posee numerosos e importantes yacimientos paleolíticos; varios conjuntos megalíticos y vestigios castreños. Se ha constatado la presencia romana gracias al hallazgo de restos materiales diversos.
Toda su importancia en época prehistórica ha sido recogida en su Museo de Prehistoria y Arqueología.
Durante la Edad Media, concretamente en el siglo XIII, Vilalba formó parte del señorío de Fernando Ruiz de Castro. Más tarde, el monarca Pedro I dona la villa a Fernán Pérez de Andrade o Bo a quien el Trastamara Enrique II otorga el señorío por ayudarle en su lucha contra su hermano Pedro. En el siglo XI los Castro construyen su primer castillo que, con el tiempo, pasaría a ser propiedad de los Andrade. El siglo XIV trae revueltas sociales contra de Nuno Freire de Andrade. Estos sucesos terminaron con el derribo del castillo a manos de los Irmandiños.
Los Reyes Católicos otorgan el Condado de Vilalba a Diego de Andrade quien reconstruye la fortaleza en el siglo XV. Esta acabará en manos de la Casa de Lemos y posteriormente a la Casade Alba. En la actualidad es Parador Nacional.
Durante el siglo XVIII Vilalba fue un importante centro administrativo y comercial, labor que sigue desempeñando en la actualidad.