Apostol

Camino de la Plata

Etapa

22

Cultura

San Pedro de Rozados

Próximo a la capital salmantina se encuentra este pequeño pintoresco pueblo de casas blanqueadas que se aprietan unas con otras como si quisieran protegerse de los extremos climatológicos de la tierra. Lo más interesante es un pequeño campanario de cierto valor artístico, que ha sido restaurado con gran acierto.

Morille

En Morille, a principios de los años 50, emergió fuertemente la minería como consecuencia de la riqueza geológica de la zona. Morille se, sitúa en la llamada formación «Monterrubio», asociada a la edad precámbrica terminal perteneciente al complejo esquisto- grauvaquico, que es caracterizada por sus numerosos yacimientos estratiformes de scheelita en equistos biotítico- feldespáticos muy ricos en apatito o en bandas calcosilicadas.
Morille gozó de una sólida tradición cantera hace unos 100 años, cuando de veinte a veinticinco familias se dedicaban a ello.
Los canteros trabajaban a mano la piedra con palancas, porras con cuñas y picos, con la intención de obtener todo tipo de elementos: portadas de casas y ventanas, chimeneas, murillos, cruces del cementerio, ruedas de molinos, paredes de casas y prados, así como teselas para caminos.

Miranda de Azán

Por el término discurre la vía de la plata y es lugar de paso de peregrinos. Quedan unas escas ruinas de una antigua ermita. Esta ruta también es lugar de paso del ganado entre el sur de la provincia o Extremadura y el Norte, fundamentalmente León. Aunque ahora se haga generalmente en camiones, algunos grupos intentan mantener las formas tradicionales a pié o a caballo.
En este pueblo, situado a 8 km de Salamanca y accesible desde la carretera de Béjar, se inició propiamente la batalla de los Arapiles. En el Pico de Miranda, la altura que verás antes de entrar en el pueblo a la izquierda, la tercera división aliada machacó a los regimientos de la división de Thomières.

Salamanca

La investigación histórica demuestra que Salamanca estuvo poblada desde la Prehistoria, a partir del periodo Musteriense, así como en los periodos del Bronce y del Hierro. Los pueblos vacceos y vetones, que ocupaban la zona, fueron ampliamente romanizados, pasando a conocerse la capital como Helmantika o Salmantica. La ingeniería romana atravesó toda la provincia mediante la construcción en el siglo I, de la calzada de la Vía de la Plata.
Los musulmanes atacarán el valle del Tormes por primera vez en el año 977 y los ataques se irán repitiendo sucesivamente hasta el año 986. Cuando el rey Alfonso III, establezca la frontera sur en el río Duero, los musulmanes se desplazan más al Sur y la zona salmantina quedará totalmente despoblada.
En el año 1102 el Conde D. Raimundo de Borgoña comienza la repoblación del territorio por encargo de su suegro, el rey Alfonso VI. Los repobladores eran originarios de Navarra, Galicia, del Norte de Portugal, de Castilla, e incluso francos y moriscos. En el año 1136 los salmantinos consiguen arrebatar Ciudad Rodrigo a los musulmanes. Tanto Salamanca como Ciudad Rodrigo pasarán a ser ciudades y tendrán su propio obispado.
Entre 1147 y 1150 se construyen en Salamanca las murallas y las iglesias de San Martín y la Catedral Vieja. De extraordinaria vitalidad cultural, Salamanca ya tiene Universidad en 1218, fundación del rey Alfonso IX. Durante el Renacimiento Salamanca brillará con luz propia en el firmamento cultural y artístico español por la importancia de sus intelectuales y artistas, que legarán a la ciudad y al mundo las más bellas obras del Renacimiento nacional.
El siglo XVII, supone un cierto decaimiento de la ciudad, según la tónica general del país durante el reinado de los últimos Austrias. El siglo XIX, traerá a la ciudad un profundo sufrimiento, debido a la invasión de las tropas napoleónicas durante la Guerra de la Independencia. Igualmente, durante la Guerra Civil, tendrá Salamanca parte activa al convertirse en sede del nuevo gobierno. Fecha histórica para la ciudad fue la declaración de la UNESCO como Ciudad Patrimonio de la Humanidad en 1988.