Apostol

Camino Sanabrés

Etapa

1

Cultura

Zamora

El origen de Zamora (Ocellum Duri romana, Azemur o Semure musulmana), se pierde en la noche de los tiempos. Su primer asentamiento, en una posición privilegiada sobre el Duero, se ha extendido hasta completar hoy una realidad que combina monumentos únicos con modernas infraestructuras. Ninguna ciudad encierra, como Zamora, veintiún monumentos románicos de primer Orden en su entramado urbano.
Y si sólo el románico zamorano justifica una detenida visita, (Catedral, La Magdalena, San Pedro, Santiago del Burgo, San Claudio, La Horta, Santiago de los Caballeros, Santo Tomé, San Isidoro, Espíritu Santo, San Juan, etc.), sus murallas, sus museos, sus tradiciones (Semana Santa, romerías, etc.), su gastronomía y la evocación del pasado contenida en sus calles, hacen de Zamora un destino obligado.

Roales del Pan

Se conocen datos del siglo XVIII (concretamente en 1752) en los que se nos presenta este municipio como un pueblo eminentemente agrícola.
En la actualidad Roales sigue manteniendo sus raíces agrícolas y ganaderas: los cultivos que destacan sin duda son los cereales, aunque también se puede encontrar girasol y algo de maíz.
Roales es el primer pueblo que divisa el peregrino cuando sube por la Vía de la Plata, una vez que ha dejado tras de sí la ciudad de Zamora, dirigiéndose hacia Astorga.
Es la zona cerealista por excelencia; se la conoce como «Tierra del Pan».
En el mismo pueblo, la calzada se desvía a la izquierda de la carretera nacional hacia la Venta del Toral, desde donde el peregrino camina todo recto en dirección a Montamarta.

Montamarta del Pan

Históricamente ha sido un enclave importante, así lo confirma la relevancia del Monasterio de los Jerónimos en torno al año 1500. Sin embargo, los restos más antiguos del pueblo se encuentran en el muro norte de la Ermita de la Virgen del Castillo, siendo probablemente románicos del siglo XII, como confirman los canecillos que quedan aún visibles. También debe ser de la misma época la sencilla pila bautismal románica que se conserva en la Iglesia Parroquial de San Miguel Arcangel.
Por un documento del año 1182 en el que se cita la donación de diezmos a la Iglesia conocemos que este lugar ya existía en la Edad Media.
Su patrimonio monumental y artístico está integrado por yacimientos arqueológicos de la cultura del vaso campaniforme y por templos de los siglos XV y XVI.

Fontanillas de Castro

El pasado de la localidad está marcado por la existencia de un antiguo núcleo defensivo llamado Castrotorafe, desaparecido en el siglo XVIII.
Castrotorafe en su época de bonanza fue escogida como lugar de residencia para las infantas doña Dulce y doña Sancha, y sede importante de la Orden de Santiago. Cerca estaba un puente que cruzaba el Esla, que se derrumbó en el XVI.
A partir de ésta época entró en declive. El catastro de Ensenada habla de él como de un lugar en ruinas en el que aún quedaba la iglesia en pie. Los franceses acabaron de destrozar lo poco que quedaba durante la Guerra de la Independencia.

Riego del Camino

Yacimiento en el sitio denominado Junciel donde han aparecido abundantes restos de tejas, datado de la época del Alto Imperio Romano.
En este lugar se encuentra una fuente con reminiscencias romanas en su construcción, aunque su estilo es más bien mudéjar.
Se ha encontrado una necrópolis (sepulturas de lajas), se cree que pertenecientes a culturas visigodas. Lo que demuestra la permanencia de los asentamientos en este lugar, que llegaría hasta la edad media.
El archivo histórico parroquial se encuentra en su totalidad en el Obispado de Zamora.
Dentro de su término la dehesa del Gamonal pertenecía a la jurisdicción de la Orden de Santiago, en concreto al Comendador de Castrotorafe.

Granja de Moreruela

Situada en la romana Ruta de la Plata, importantísima vía de comunicación, que más tarde utilizarían los peregrinos a Santiago de Compostela es famosa por la importancia de su monumento más famoso: El Monasterio de Santa Maria de Moreruela, el mayor, y primer monasterio del Cister en España.
Parece ser que fue la primera fundación cisterciense en la Península. Los monjes blancos de este monasterio fueron activos colonizadores en la provincia zamorana, dentro del marco general de repoblación de los siglos XII y XIII ayudados en su labor de apoyo al campesinado por la generosidad de los monarcas y las casas nobiliarias de la comarca.
Los orígenes del cenobio son un tanto oscuros, ya que parece que no es el primero sino que fue creado sucediendo a otro anterior que fue abandonado por la escasa salubridad de la zona. La Carta Fundacional del monasterio fue otorgada en 1143 por el emperador Alfonso VII, aunque los historiadores manejan fechas como 1131 o bien la de 1148 para la construcción de la iglesia.
El monasterio es de estilo cisterciense según los estudios del historiador Manuel Gómez Moreno, experto en este cenobio. Aparte de las dependencias monacales se sabe que existían también una enfermería y un hostal para la asistencia de los menesterosos y los peregrinos.
De todas las características del templo destacamos la existencia de girola con numerosas capillas absidales como corresponde al estilo de peregrinación.