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Los Yébenes

El vocablo «Yébenes» es una degeneración del «yebel» árabe, que significa «monte», seguramente ello es debido a que la villa se ubica en el extremo oriental de los Montes de Toledo.
Algunos autores afirman que, en sus orígenes, Los Yébenes fueron dos poblados en torno a una «Venta de los Bienes» de la que derivaría el nombre de «Los Yébenes» cuando se unieron a principios del siglo XIX. Pero ello no es correcto porque el primer asentamiento fue romano, cercano al río Algodor y a unos 5 kilómetros de la población actual. El topónimo viene de «yebel» (monte en árabe) y el plural está determinado por las dos poblaciones, Yébenes de Toledo que pertenecía a Toledo y Yébenes de San Juan, que perteneció a dicha orden. Ambas poblaciones estaban separadas por el camino Real.

Orgaz

Sobre el término «Orgaz» existen diversas etimologías sin que ninguna nos ofrezca plenas garantías. Para Jiménez de Gregorio, uno de los significados podría ser el de ‘fértil’ o ‘abundante’, que parte de la base celta «olca» (campo fecundo). Por otro lado Albaigés, afirma que Orgaz tiene origen vasco, siendo una variante de orbaiz, (madroñal). Otras hipótesis indican raíces prerromanas (orc o urc).
También esta villa pudo ser la antigua Barnices mencionada por Ptolomeo en la Carpetania.
Lo localidad perteneció al condado de Orgaz, incorporado actualmente a la casa de Alba, cuyo título se dice que lo obtuvo El Cid al desposarse en Burgos con doña Jimena. Aparece por primera vez en un escrito de 1183 el puerto de Orgaz, como consecuencia de un acuerdo entre el arzobispo de Toledo, don Gonzalo Pétrez, y el maestre de la orden de Calatrava, don Nuño Pérez de Quiñones.
Por antigüedad en la comarca, el señorío de Orgaz sigue al de Toledo. Alfonso X dio a Ruy Gutiérrez de Toledo el señorío de la villa. Los antiguos moradores de estas tierras se dedicaron simultáneamente al laboreo de sus tierras y al manejo de las armas para defender su territorio ante Roma. Ante el avance del Islam emigraron a otras comarcas, quedando la villa desmantelada

Sonseca

El término «Sonseca» pudiera derivarse de «som» o «somo», puesto que el caserío se alza sobre un árido altozano dominante, de ahí «altura seca», el término «somo» proviene del «summus» latino, que significa “el más alto».
De origen probablemente romano, fue poblado por visigodos y seguramente por mozárabes. Desde la Edad Media perteneció al señorío municipal de la ciudad, y vecinos y monasterios de Toledo tuvieron aquí numerosas propiedades, como el Monasterio de Santo Domingo el Real; hasta que en 1629 adquiere el título de Villa, tras endeudarse con importante cantidad, separándose de la jurisdicción municipal de Toledo, y fue así como pasó a la jurisdicción realenga. Al no poder hacer frente a dichos pagos, en el año 1640 los habitantes de la población concertaron la venta del señorío, jurisdicción y vallasaje con el portugués Duarte Fernández Acosta. Su hijo Álvaro tomaría posesión de la Villa en 1641. Durante estos siglos, y sobre todo en el siglo XVIII se desarrolló su industria textil, durante el s.XIX se instalaron los primeros obradores de mazapán, y en los años 50 del siglo XX el emprendedor empresario Antonio Moraleda dio lugar a la extendida industria del mueble de Sonseca, sectores industriales principales del desarrollo sonsecano.