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El albergue de peregrinos de Logroño reabre renovado y sin chinches

20 febrero 2010 / Mundicamino

Las obras de reforma, reposición de mobiliario y desinsectación han costado 40.000 euros para dejar el local «en perfectas condiciones»

El edificio de Ruavieja volverá a alojar peregrinos desde el lunes, tras 52 días.

Después de 52 días cerrado, el albergue de peregrinos de Logroño reabrirá el lunes completamente reformado, equipado y saneado. Una recalcitrante plaga de chinches ha obligado a demorar dos semanas su reapertura, pero finalmente está listo para afrontar el Jacobeo 2010 en condiciones e iniciar una nueva etapa gestionado directamente por su propietario, el Ayuntamiento, a través de Logroño Turismo y con nuevos compañeros de viaje, la asociación Ultreia.

Atrás quedan 16 años a cargo de la asociación de Amigos del Camino de Santiago, a cuya última junta directiva, presidida por Socorro Rodríguez, no le fue renovada la gestión por serios desacuerdos. Cuando ésta entregó las llaves el 31 de diciembre, el Ayuntamiento se encontró las instalaciones, según la versión oficial, en un estado lamentable, además de faltar enseres que eran propiedad municipal y sobrar parásitos. Ambas partes estudian ahora demandarse la una a la otra, pero de momento no hay constancia de que ninguna haya iniciado acciones legales.

Aparte de esa cuestión, el albergue de peregrinos de Logroño se apresta a comenzar efectivamente una nueva etapa con hospitaleros voluntarios de Ultreia. Para certificarla, el alcalde, Tomás Santos, y el concejal Ángel Varea visitaron ayer el local de Ruavieja en compañía de representantes de esta otra asociación jacobea. «Tras la polémica que ha habido, estamos ante un compromiso cumplido», afirmó Santos. «Era un deber recuperar el albergue», añadió Varea. «Se reabrirá en perfectas condiciones», coincidieron ambos.

Las reformas han incluido diversos arreglos de obra, pintura, limpieza, reposición de colchones y mobiliario, instalaciones nuevas de todo tipo, incluida calefacción y aire acondicionado -que habían desaparecido-, además de la dichosa desinsectación. Las chinches han retrasado la reapertura porque, cuando todo parecía estar listo a finales de enero, siguieron apareciendo en las lámparas. Total, 40.000 euros.

En estos 52 días sin albergue casi un centenar de peregrinos han sido dirigidos a uno particular por los mismos cinco euros que habrían pagado en el municipal (el Ayuntamiento ha pagado los cinco restantes del precio real). A partir del próximo lunes ya encontrarán abierta la puerta de Ruavieja.