Apostol

Peregrino a los diez años

02 abril 2010 / Mundicamino

El bilbaíno Igor recorre el Camino de Santiago acompañado por su madre. Tras hacer el año pasado el tramo entre Roncesvalles y Burgos, salieron el pasado sábado de la ciudad castellana con la intención de llegar hasta Galicia

La estampa sorprende a muchos peregrinos, que les dan ánimos para continuar su camino. A sus diez años, Igor Pena no entiende por qué algunos le llaman “campeón”. La respuesta es muy simple: es uno de los peregrinos más jóvenes que está recorriendo el Camino de Santiago a pie y, sin embargo, ya es un veterano de la ruta jacobea.

El pequeño, muy rubio y con unas gafas que esconden sus ojos, llega al albergue municipal de Frómista (Palencia) acompañado por su madre, Josefina, una mujer bajita cargada con una gran mochila y dos bolsas por si el niño necesita algo durante el trayecto. Con una gran sonrisa, asegura que “no pesa tanto”. “Parece más de lo que es, llevo parecido a los demás”, añade.

Josefina Pena, una administrativa de Bilbao de 55 años, explica que tenía muchas ganas de hacer el Camino de Santiago y que Igor quiso acompañarla. “Salimos el año pasado de Roncesvalles (Navarra) y lo vamos haciendo por tramos. No le quiero machacar”, comenta. En el verano de 2009, madre e hijo emplearon doce días en ir desde el comienzo del Camino Francés en España hasta Burgos, ciudad en la que retomaron la ruta el pasado 27 de marzo.

“Queremos aprovechar las vacaciones del niño de Semana Santa para llegar hasta Piedrafita do Cebreiro (el primer pueblo de Galicia), pero a ver hasta dónde vamos”, señala Josefina, quien indica que su objetivo es llegar estos días “lo más lejos posible” y que en verano continuarán su trayecto hasta Santiago de Compostela y puede que incluso hasta Finisterre.

“Estamos disfrutando mucho. Igor aguanta como un campeón, la verdad es que se está portando muy bien. Y el año pasado también, de maravilla, aunque se me entretiene por los sitios porque, como es un niño, quiere jugar”, asegura la madre, mientras que, a su lado, el pequeño afirma que le está gustando. “Lo que más me gusta es ver las plantas”, apostilla, reconociendo que “hay veces” que la ruta le cansa y “otras que no tanto, depende de cómo sea el camino, si largo o corto”.

Josefina resalta que la gente “se sorprende mucho al verlo” y que todo el mundo es muy amable con ellos. Ella considera que hacer el Camino de Santiago “es muy interesante y muy divertido” para el niño. Además, destaca que “no se aburre con los mayores porque se pone a charlar con todo el mundo, incluso con los extranjeros”, y que por las noches juegan al parchís. Eso sí, Igor se queja de que algunas personas que duermen con ellos en los albergues “roncan mucho”.

La bilbaína se muestra muy satisfecha con la experiencia que ambos están compartiendo, aunque reconoce que ir acompañada de un niño no es fácil. “A veces me canso, pero Igor me ayuda mucho, él lleva su saco de dormir y sus cosas”, señala. En cualquier caso, el balance es positivo: “A mí me gusta todo del Camino, estar con la gente y pararme en todos lados a hacer fotos”, concluye.