Apostol

AVENTURAS DE 6 BICIGRINOS POR EL CAMINO DE SANTIAGO

28 mayo 2010 / Mundicamino

Hay sueños en la vida que a veces se hacen realidad y, especialmente para mí, hacer esta peregrinación, tan venturosa como emotiva, lo ha sido así. A lo largo de todo el recorrido cuando pasábamos por lugares emblemáticos y singulares, me decía, si esto ya lo he vivido en mis sueños; pues sí amigos, esto me ha pasado…; era tal la ilusión que tenía en realizar el camino de Santiago en bicicleta y tanto me deleité en planificarlo, que parecía que ya de antemano me sabía el recorrido. El motivo que me ha llevado a hacerlo y así lo hice constar el primer día cuando me sellaron la cartilla del peregrino en Roncesvalles, donde tienes que rellenar un formulario, en el cual te preguntan el por qué haces el camino, yo marque las opciones deportivas y espirituales.

Era de observar como en el primer tercio del recorrido, la mayoría de peregrinos proceden de países europeos, especialmente franceses; no olvidemos que elegimos el camino francés, que iniciamos el día 3 de mayo en Saint Jean Pied de Port (País Vasco-francés), cercano a Roncesvalles, atravesando extensamente las provincias de Navarra, La Rioja, Burgos, Palencia, León, Lugo y parte de La Coruña; culminando finalmente en Santiago de Compostela el día 12. Nos dejamos llevar por un hermoso sendero, muy bien señalizado con flechas amarillas que discurría por varios cientos de kilómetros, donde afloraban caudalosamente miles de peregrinos de diversas composturas y orígenes; que nos salían como setas por doquier a lo largo del camino; encontrándonos con peregrinos de toda la Europa-comunitaria, con latinos y súbditos de países del este y hasta asiáticos. Dibujaba esta procesión un sendero variopinto a lo largo de cientos y cientos de kilómetros, como si de una interminable romería de peregrinos se tratara. Para hacernos una idea, imaginemos cien romerías de la Virgen de Luna en progresión geométrica.

Curiosamente, cuando llegábamos al alto de Manjarín, 1.458 m. de altitud, en el corazón de los Montes de León y a poca distancia de la Cruz de Ferro, descubrimos en pleno bosque, un humilde enclave de peregrinos, denominado Camino del Sol, donde multitudinariamente, ondeaban las más abigarradas banderas, representativas de recónditos países (Jerusalén, México, Canadá, etc.) Especificando las distancias kilométricas desde aquel albergue de peregrinos (a Santiago 222 km., al Machu Picchu 9.453 km., a Roma 2.475, a Jerusalén 5.010, a México 9.536). El lugar de sellado y parada de descanso, era tan idílico como exótico, animado con una musiquilla celestial de fondo que hacía latente la presencia de los más variopintos y extravagantes peregrinos.

Es en el último tercio del camino, cuando la mayoría de los peregrinos son españoles, siendo reconfortante ver como todos luchábamos contra cualquier elemento adverso, sea cansancio, lluvia, frío, nieve, etc.; ya que a lo largo de los diez días que fue el tiempo que hemos empleado en hacer los 816 km. del camino en bicicleta, nos acontecieron todos y cada uno de los fenómenos meteorológicos (niebla, nieve, granizo, viento y constante lluvia con frío en abundancia). Era insólito ver cómo ni un solo día nos dejó de llover y en todo el tiempo la luz del sol apenas la vimos, ni la disfrutamos; con lo cual no pudimos hacer reportajes fotográficos del evento con las subidas más duras del recorrido como son el Alto del Perdón (770 mts.), en Uterga, entre Pamplona y Puente la Reina, auténtica pista de patinaje en barro y lodo formado por la pertinaz y abundante lluvia, donde las bicicletas no podían rodar y habíamos de cargarlas a hombros, como si de un triatlón se tratara; solo nos faltaba nadar… He de resaltar que gran parte del recorrido la hicimos por el verdadero camino del peregrino con sensibles desniveles, torrenteras, pedregales y sinuosos pasillos estrechos transitados por multitud de peregrinos, con serias dificultades para poder adelantarlos con las bicis, máxime por terrenos difíciles de transitar con nuestros medios de locomoción, con el hándicap de las inclemencias del tiempo; la lluvia no nos abandonó ni un solo día, pero todas las dificultades que soportamos fueron compensadas sobradamente por la belleza singular del paisaje, con sus diferentes contrastes geográficos y el gran acervo cultural de todos y cada unos de los lugares que transitábamos. Hubo alguna jornada en que habíamos de sobrepasar los 100 km. diarios para poder culminar el total del camino en 10 días, con una media de 6 a 8 horas pedaleando sin parar.

La Cruz de ferro, con altitud de 1.504 m. que está en Foncebadón, entre Rabanal del Camino y Ponferrada, donde el peregrino deposita su votiva como ofrenda al Apóstol; y, finalmente, la más dura y empinada subida a O Cebreiro que delimita León de Galicia, culminando en el puerto de Pedrafita, con altitud de 1.395 mts., donde la inclemente lluvia nos golpeó de forma contundente, sin podernos deleitar del hermoso paisaje que rompe la majestuosa montaña con la suave vega del río Valcarce. Recuerdo que los 12 km. de bajada de este respetable puerto tenían un desnivel considerable desde el Alto del Pollo de 1.337 mts. hasta llegar a Triacastela a donde descendimos en picado, atravesando una espesa niebla; esto acontecía el lunes, 10 de mayo. Debo resaltar que en el manual del peregrino se comenta, a especie de leyenda, que todo aquel peregrino que heroicamente ha culminado este puerto, ya tiene garantizada la llegada a Santiago de Compostela.

Para motivarnos y combatir la dureza y dificultades del camino, íbamos con frecuencia tarareando al unísono el estribillo de una canción al uso que previamente habíamos compuesto para tal fin…

A SANTIAGO VOY… (CANCIÓN DE LOS BICIGRINOS)

La la la la la la…… //// La la la la la la……

A Santiago voy ligerito pedaleando;

yo voy con mis amigos, con entusiasmo y con ilusión.

A Santiago voy ligerito pedaleando

por hermosos senderos; no voy primero y voy con Dios.

Voy como un BICIGRINO por el camino sin asfaltar…

Voy cantando contento, sin sufrimiento y con devoción.

A Santiago voy ligerito

a Santiago voy pedaleando

en mi bicicleta, con entusiasmo y mucha ilusión.

A Santiago voy… A Santiago voy.

A Santiago voy… A Santiago voy

que a mi bicicleta como a dos tetas me agarro yo…

La la la la la la /////// La la la la la la

A Santiago voy ligerito pedaleando;

con la peña de amigos que a Compostela vamos cantando.

A Santiago voy ligerito y respirando

subiendo desniveles por caminitos y por barrancos.

Voy pasando pueblitos, valles y ríos y torrenteras

también por carreteras y hermosas tierras yo voy cruzando.

A Santiago voy ligeriño,

A Santiago voy pedaleando

como un bicigrino por los caminos que quiera Dios

A Santiago voy… A Santiago voy.

A Santiago voy… A Santiago voy

porque a mi bicicleta como a dos tetas me agarro yo…

La la la la la la la….. ////// La la la la la la la

¡Oh que hermosa es Navarra y la Rioja hasta Compostela;

Pasaremos por Burgos, León y el Bierzo, si quiere Dios

y el verde de Galicia ya me acaricia en el corazón

A Santiago voy ligeriño;

a Santiago voy pedaleando

como un bicigrino por el camino de la ilusión.

A Santiago voy, a Santiago voy

a Santiago voy, a Santiago voy,

y con mis amigos a Compostela llegaré yo…

la la la la la la………. //////// La la la la la la ………

A Santiago voy rapidiño pedaleando

y con mis camaradas que a pedaladas llegaré yo.

A Santiago voy ligeriño y disfrutando

de este hermoso paisaje que nuestro Apóstol nos regaló.

Subo por Pedrafita y voy cantando mi cancioncita de corazón;

Metiéndome en Galicia con poca prisa y mucha ilusión.

También nos inspiramos en el Caminante del inmortal Machado:

BICIGRINO, NO HAY CAMINO

Bicigrino, no hay camino;

tú lo tienes que encontrar

por las flechas amarillas,

por el páramo sombrío,

o por el cauce del río.

Siempre atento y muy contento,

sin volver la vista atras;

bicigrino no hay camino,

tú lo tienes que encontrar.

Has de pedalear con brío

por el prado, monte y río,

que el Apóstol trazará,

y habrás de imprimir tu huella

debajo de las estrellas

que a Santiago llegarás.

Bicigrino no hay camino;

te lo tienes que inventar.

Déjate llevar ligero,

sin determinar sendero

y que no te coma el seso

planificar en exceso,

que el Apóstol va contigo

hasta llegar a destino

y te ha de servir de abrigo,

de jergón y de buen vino,

caminante sin camino

y disfruta del paisaje

sin competir al amigo;

bien ligero de equipaje

y, mira lo que te digo:

sé solidario y altruista

que Santiago, que es artista,

será en tu camino el paje

y Arcángel será en tu pista.

Has de pensar, bicigrino,

que a lo largo del sendero

a Santiago llegarás;

que no has de llegar primero,

pero has de saber llegar…

Bicigrino, no hay camino;

tú lo tienes que inventar….

Como anécdota resaltaré la satisfacción y el orgullo que albergaba al considerarme a mis 67 años, el más vetusto bicigrino de la gran población que deambulábamos por los caminos; pero, cuál fue mi desagradable sorpresa al coincidir, en un collado, con un alemán llamado Lothar, de Baviera, impecablemente equipado con su GPS, adecuadas alforjas y ligera bici, que aseguraba haber vivido 69 años; por lo que me destronó del cetro de la longevidad. Me queda; no obstante, al igual que a mis cinco compañeros de viaje, algunos casi de mi edad, la gran satisfacción de haber culminado esta aventura y regresar a casa sin ningún deterioro; por el contrario, con más fortaleza física y una inmensa ilusión de haber podido superar la gran prueba a nuestra madura edad, difícilmente repetible…

Tomen buena nota los Príncipes, que culminaron el Camino andando el pasado día 13 de mayo, pocas horas después que lo hiciéramos nosotros en bicicleta; con la particularidad de que mientras ellos cubrían apenas los 10 últimos kilómetros, con un sol espléndido; nosotros habíamos finalizado, momentos antes, en su totalidad el Camino Francés con 816 km. a las espaldas y con las peores inclemencias del tiempo…, por lo que, sinceramente, creo no son merecedores de indulgencias jacobeas; aunque, tal como ellos, aconsejo a todo el que pueda a que haga al menos un tramo del Camino, que «es muy largo» y hay mucho donde elegir.

Como recopilación de todas las sensaciones y comentarios atribuidos a los distintos peregrinos que han hecho el Camino, es unánime el decir que hay un antes y un después; algo genuinamente nuestro, que percibimos interiormente, bastante difícil de transmitir con la palabra…, hay que vivirlo in-situ; de forma inefable y por eso me explico por qué muchos peregrinos repiten el evento tantas veces para hacer el venturoso Camino de Santiago y aunque me haga pesado os animo en este año jacobeo a que lo hagáis a pié a caballo o en bici; bien por el camino Vía de la Plata, que nace en Andalucía, pasando por Extremadura; por el Camino Francés, que es el que hicimos nosotros, o por el Camino del Norte. Recientemente se ha establecido el Camino Catalán, que va desde Montserrat a Santiago por senderos preciosos.

Saludos y buen camino peregrino.

Gregorio Cano

Barcelona, mayo 2010