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Un peregrino completa el Camino tras recorrer más de 1.300 km en patines

10 junio 2010 / Mundicamino

Andrés Villar, guardia civil de la localidad coruñesa de Noia, ha sellado hoy la credencial de peregrino tras recorrer sobre unos patines el Camino de Santiago desde Toulouse (Francia) por carretera.

El peregrinaje comenzó hace once días y se dividió en diferentes etapas -algunas de ellas alcanzaron los 150 y 160 kilómetros diarios- y, bajo la lluvia, Villar llegó hoy pasadas las 10,45 horas a la emblemática plaza del Obradoiro, la fachada más conocida de la catedral de Santiago.

En declaraciones a Efe, explicó que desde 1993 intentó culminar la hazaña con sus patines en todos los años santos, si bien tuvo que abandonar en todas ellas por la falta de apoyos -carecía de vehículos de apoyo que transportaran su equipaje- y diversas lesiones en la espalda y rozaduras en los hombros.

«En el Xacobeo de 1993 no pude con el Camino, porque iba en solitario y no llevaba coches de apoyo. Lo intenté en 1999, el último año santo del siglo XX, pero una lesión de espalda me lo impidió», lamentó Villar, quien añadió que su intento de 2004, primer Año Santo del siglo XXI, fracasó nuevamente por las lesiones y la falta de medios.

«Al final, gracias al Ayuntamiento de Ribeira (A Coruña) -patrocinador de esta iniciativa-, que me apoyó en todo, no tuve ningún problema, ya que lo físico era casi secundario, vale más la ilusión que otra cosa», sentenció el guardia civil y ex profesor de rescate de montaña.

Recordó como etapas «durísimas» la subida a la Cruz de Ferro, en León, y el ascenso al puerto de Pedrafita do Cebreiro, en Lugo, que afrontó con «bastante frío» y «varias caídas».

Para alcanzar la meta consideró como ingredientes necesarios «un 50 por ciento de físico» y otro «50 por ciento de cabeza», porque, aseguró, «si no tienes cabeza no llegas», si bien reconoció que el «físico» es «importante».

Durante los más de 1.300 kilómetros de recorrido procuró «no molestar» a los escasos vehículos que circulaban por la carretera, ya que los coches viajan «por autovías», precisó.

A veces, para entretenerse, se dedicó a contar los automóviles, aunque en ocasiones ni uno solo se cruzó en su camino.