Apostol

De tronco inerte a arte vivo

28 junio 2010 / Mundicamino

‘Peregrin@’ es el título de la obra, que ha sido intervenida durante un año y que homenajea al Camino de Santiago.

La secuoya del jardín de los Echanove recobra su vida como escultura.

Ha pasado un año desde que los andamios que cubrían la secuoya del jardín de los Echanove, en el Casco Viejo, se fueran. Doce meses desde que Santiago González, artista vitoriano, terminara de tallar su obra de arte. El árbol, que murió después de que le alcanzara un rayo, ha vuelto a cobrar vida convertido en ‘Peregrin@’, una escultura nacida de un tronco al que se le ha sometido también a un tratamiento contra la carcoma y la humedad.

«Es un homenaje al Camino de Santiago vasco, el del interior», dice su autor. La especie centenaria se encuentra en la mitad de este recorrido que pasaba por la ‘almendra’ medieval e iba hasta la catedral de Santa María cuando el ambiente de la Edad Media acompañaba entonces al viajero errante. El artista, que tiene 35 años, estudió ebanistería y carpintería durante dos para pasar después cuatro en la Escuela de Artes y Oficios, donde se especializó en escultura. Cuando un amigo le habló del tronco que había en el jardín de Echanove y le propuso la idea de tallarlo, González vio el máster de su carrera al alcance. «Esto ha sido como un gran proyecto de fin de curso», reconoce.

La escultura ha sido bautizada como ‘Peregrin@’ porque busca representar también a las mujeres que, según el escultor, «son un poco las olvidadas». De hecho, en la maqueta inicial, las connotaciones femeninas eran más acusadas. Pero el hombre no es el único ser presente en la obra sino que las aves aparecen también en una dicotomía escultural entre los peregrinos y los pájaros. «Ambos emigran por necesidad y hacen su camino».

González no ha realizado el Camino de Santiago completo, sólo alguna etapa y admite que tiene ganas de terminarlo. Sin embargo, para él, el tallado de la secuoya ha sido como un peregrinaje por las dificultades que ha ido superando: ha tardado un año en acabarlo. «Razones económicas, el mal tiempo o los niños que estaban jugando en el parque me lo impedían», indica.

Un «regalo» para Vitor

El ‘padre’ de ‘Peregrin@’ presentó al Ayuntamiento vitoriano un proyecto para actuar sobre el árbol y el área de Vía Pública le dio el visto bueno tras un concienzudo estudio. En su propuesta, se comprometía a donar a la ciudad la escultura una vez estuviera terminada. Pero, según González, el Departamento de Cultura debía otorgarle alguna ayuda ya que todos los años contribuye a la financiación de otras muchas obras. Eso sí, el escultor tenía que asociarse para recibir la prestación y él «no estaba interesado en hacerlo» así que se quedó fuera de las subvenciones, afirma.

No contento, pidió al Consistorio que le costeara los materiales empleados así como el tiempo invertido. En total, casi 6.000 euros de los cuales 900 ya le han sido retribuidos. Los 5.000 restantes siguen sin aparecer. «No pido que me paguen la pieza, sino la mano de obra. Soy un artista, pero voy a cobrar como un carpintero. 5.000 euros no es mucho para una obra así, la escultura sigue siendo un regalo», resume.