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El año jacobeo llega a su ecuador con cifras de peregrinos por debajo de lo esperado

01 julio 2010 / Mundicamino

Huyendo de la masificación. Los albergues de la provincia creen que caminantes y ciclistas tienen miedo a las aglomeraciones. La crisis, el Mundial y los que lo dejan para 2011. La economía y el fútbol atan al sillón. Otros optan por aplazar la ruta.

Los meses invernales empezaron muy fuertes. Enero, febrero y marzo batieron todos los récords y parecía que el Año Santo Compostelano podría acabar con una explosión de peregrinos sin parangón. Pero al llegar la primavera el Jacobeo se ha desinflado y en la provincia de Burgos arroja datos iguales, ligeramente superiores o incluso inferiores a los de 2009, dependiendo del albergue al que sele pregunte.

El presente ejercicio llega hoy a su ecuador y al hacer balance de los seis primeros meses del año todos los hospitaleros coinciden en apuntar al miedo a la masificación como factor fundamental de contención de los peregrinos. «Hay algunos que directamente pasan del Año Santo», resume Sebastián Molina en el albergue de Castrojeriz. De su misma opinión es Jesús Aguirre, presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Burgos, entidad que gestiona el mayor albergue de la provincia.

La capital ejerce de núcleo de atracción para quienes vienen andando o en bicicleta desde La Rioja, pero también es principio de la ruta para muchos. Y sin embargo, el edificio de la Casa del Cubo está teniendo estadísticas demasiado similares a las de 2009. En lo que va de año, y a falta del cierre de los últimos datos, Aguirre estima que por allí habrán pasado alrededor de 12.000 personas, unas 500 más que el año anterior.

Hasta el mes de mayo la diferencia era mayor pero al llegar junio la afluencia se redujo bastante, y en ello influyen muchos factores. Hay quien tiene miedo a los primeros calores del verano, aunque todavía no han llegado con demasiada fuerza, pero también influye el descenso de los peregrinos extranjeros que son más dados a aventurarse por el norte de España en marzo o abril. Y los españoles, por su parte, aun están esperando a cogerse las vacaciones en julio o agosto.

A todo ello se suma el conformismo de muchos a quienes les basta con lo justo para conseguir la Compostela, el certificado que acredita haber caminado al menos 100 kilómetros del Camino. «Más o menos esta es la distancia que hay a partir de Sarria (Lugo)», explica Aguirre, «y por eso mientras en Burgos hay los mismos o menos peregrinos que el año pasado en Galicia están mucho más masificados y todas las estadísticas así lo reflejan».

Fútbol y dinero

Entre las razones que apuntan los hospitaleros, y que mencionan a partir de sus conversaciones con los peregrinos, aparece (cómo no) la crisis económica. Realizar el Camino entero a pie exige un mes de vacaciones que no todo el mundo puede tomarse y por muy baratas que se hagan las estancias y las comidas al final serán 30 días comiendo y durmiendo fuera de casa.

Pero lo más curioso es lo que explica Sebastián, de Castrojeriz. Está seguro de que el Campeonato del Mundo de Fútbol influye: «muchos han preferido quedarse en casa siguiéndolo desde el sillón, con unas cervecitas y los amigos, que ponerse a hacer el Camino e igual lo han dejado para el verano o para otro año».

La misma sensación de un Camino burgalés un tanto pobre, al menos respecto al boom que muchos esperaban en Año Jacobeo, la comparten en los albergues de Hontanas (entre Burgos y Castrojeriz) y en Villafranca Montes de Oca (cerca del límite riojano). En la primera de estas localidades, Pilar explica que la instalación municipal tiene 55 plazas «y estamos teniendo una media diaria de ocupación en torno a 35, pero junio está siendo flojo, igual influido por el mal tiempo que hemos tenido». Mientras tanto, en Villafranca Montes de Oca el albergue que también es municipal apenas llena 40 de las 60 plazas disponibles. «Entre otras cosas porque cada vez hay más albergues y la gente se reparte», aducen.

En cualquier caso, habrá que esperar a cómo se desarrolla el verano para comprobar si el Jacobeo se acaba convirtiendo en una nueva versión de muerte por éxito. Quizás en 2011 ocurra como en los precedentes años santos, que el efecto llamada (incluso potenciado) continúe durante el ejercicio siguiente, cuando a los verdaderos