Apostol

Un respiro en el camino

08 julio 2010 / Mundicamino

Un matrimonio, con casa situada en la ruta jacobea a su paso por la parroquia tudense de Ribadelouro, da de beber a los peregrinos sedientos, además de sombra y frescor.

Son la viva imagen de la hospitalidad tudense y los peregrinos entran en el porche de su hogar de Ribadelouro pensando que están en una casa rural. Allí se encuentran con Élida y José, un matrimonio mayor que se desvive por atender a los peregrinos que lo necesitan. La pareja ha colocado una fuente en la puerta de su casa, para que los cientos que pasan se refresquen y beban, una generosa instalación que ahora cuestiona la comunidad de aguas de Ribadelouro.

Se llama «La casa de los abuelos» , está en Ribadelouro (Tui) y tiene junto a la puerta una fuente de piedra con conchas de vieira. Por allí pasan a diario muchos peregrinos, de camino a Santiago. Hay días que son cientos, dicen sus dueños Élida González Lemos, de 76 años y José Iglesias Leiras, de 73, que son la viva imagen de la hospitalidad y amabilidad, una etiqueta que lleva marchamo tudense.

Ayer mismo pasaron, en un momento, peregrinos belgas (flamencos), una peregrina checa, otras de O Porriño, Vigo y O Grove. A la sombra, se refrescaron en la fuente y bebieron agua en una mañana de calor asfixiante.

«Yo nací en esta casa», cuenta Élida sobre su hogar, el único con puerta abierta al camino en la zona. Un porche con plantas y pájaros, es la viva imagen del frescor y resulta un imán para los peregrinos, tanto en verano como en invierno, cuando buscan un cobijo para guarecerse de la lluvia. Su hospitalidad les ha granjeado amistades diversas que incluso les felicitan en navidad. «Un matrimonio joven llegó en invierno con sus niños, todos mojados de los pies a la cabeza. Pidieron cobijo y les hicimos entrar hasta la cocina de leña. Se secaron las ropas y comieron lentejas y patatas con huevos fritos», recuerda la dueña. El caso de un cardiólogo de Ibiza, fue similar, y ya le dijo que quería volver a saludarles cuando repita la ruta. Un entrañable vínculo se va creando, con personas diversas, como unos peregrinos de Córdoba, que incluso les dejaron su dirección. Su ejemplar comportamiento, por muy extraño que parezca, ha tenido un efecto inesperado por parte del presidente de la comunidad de aguas de la parroquia de Ribadelouro, quien les entregó un papel sin firmar, donde les requiere que en el plazo de una semana, retiren la fuente «de la vía pública». Advierte que en caso de no hacerlo «se procederá , según los estatutos de la comunidad de aguas, al corte total del suministro con todas sus consecuencias». La casa puede conectar con la traída municipal y también tiene pozo, por lo que la fuente seguirá dando agua. El quid de la cuestión es que puede perjudicar el negocio de máquinas expendedoras de bebidas de ese vecino. Pena de actitud.