Apostol

El mecánico de los peregrinos

09 julio 2010 / Mundicamino

Emilio Redondo lleva más de tres décadas al frente de una tienda de venta y reparación de bicicletas en Sahagún, trabajo que desde hace tres años compatibiliza con la Alcaldía de la localidad leonesa

Ataviado con su buzo de trabajo, Emilio Redondo arregla una rueda de bicicleta en su taller de Sahagún (León). Concentrado, realiza una reparación que casi podría hacer con los ojos cerrados porque estos mismos gestos los ha repetido miles de veces en las tres últimas décadas. En 1979, Emilio se hizo cargo de Bicicletas Redondo, la tienda que su padre había montando 30 años antes y por la que han pasado en casi 60 años varias generaciones de habitantes de la comarca y cientos de peregrinos.

Lo que más sorprende a la mayoría de este hombre tranquilo y amable es que desde 2007 compatibiliza su trabajo de toda la vida, del que se siente muy orgulloso, con la Alcaldía de Sahagún. “A mí siempre me ha gustado la tienda, quiero seguir aquí hasta que me jubile, para mí no es ningún desprestigio arreglar pinchazos”, asegura.

Eso sí, reconoce que ser el regidor de un municipio con cerca de 3.000 habitantes le está resultando más complicado de lo que esperaba. “Lo llevo mal porque pierdo muchas horas de mi trabajo para atender el Ayuntamiento sin recibir ninguna retribución a cambio”, señala, explicando que el negocio funciona gracias a su hijo. “Siempre me ha echado una mano en verano, pero desde que soy alcalde es el que más se ocupa de la tienda”, comenta Emilio, quien confía en que el joven continúe en el futuro con el comercio familiar.

A sus 53 años, el regidor ha visto desde primera fila como en los años 80 del siglo XX se iban incrementando cada año los peregrinos que pasaban por Sahagún hasta llegar al Jacobeo de 1993, el año con “más gente”. Según su experiencia, en años santos como el actual hay más romeros a pie y extranjeros. “Los que hacen el Camino en bici suelen ser españoles, también hay algún holandés y alemanes, pero pocos”, señala.

Emilio explica que lo que quieren es que los atiendan “rápido” para “poder continuar su camino” y que les da prioridad. “Yo siempre atiendo a los peregrinos, incluso si es domingo o festivo; la gente va a buscarme a mi casa y vengo a la tienda”, señala el alcalde, quien recuerda con una sonrisa que un ciclista fue a buscarle a casa de sus padres el día de Navidad y que, en cuanto acabo la comida, fue a arreglarle la bici. “Sólo una vez le he dicho que no a un peregrino, fue el día de la boda de mi hermano. Llego cuando salía por la puerta y le dije que no le podía ayudar porque era el padrino”, añade.

Emilio indica que entre los peregrinos ciclistas hay “muchos aficionados a la bicicleta”, que van “preparados” y saben arreglar la mayoría de las averías, pero que también hay personas que “no han cogido una bici en su vida y lo pasan mal, sobre todo con el sillín”. Los problemas más habituales suelen ser los pinchazos en las ruedas, los cambios de cámaras y los frenos. “Normalmente les doy algún consejo, sobre todo que al arreglar un pinchazo es fundamental sacar lo que se ha clavado”, indica.

Respecto a qué modelo de bicicleta cree que es más adecuado para recorrer la ruta jacobea, señala que los extranjeros siempre llevan híbridas y los españoles de montaña, pero que la elección depende de las vías por las que se circule . “Si vas por el Camino, es mejor de montaña, pero si vas más por carretera es recomendable la híbrida porque pesa menos”, comenta.

Pocos talleres

El dueño de Bicicletas Redondo reconoce que en el Camino hay escasez de talleres que arreglen estos vehículos, pero incide en que no se pueden abrir más porque en invierno apenas hay trabajo. Además, se queja de que en las guías extranjeras aparecen los distintos servicios que ofrecen los pueblos del Camino, pero que en la mayoría de las españolas no están.

“Esto ha cambiado mucho, hace muchos años había mucho trabajo porque las bicis eran el medio de transporte que utilizaba la gente para desplazarse por la comarca y ahora se usan por ocio”, explica Emilio, quien comenta que la peor crisis la vivieron en los años 70, cuando el ‘boom’ de las motos relegó totalmente a las bicicletas e hizo que cerraran todas las tiendas que había en Sahagún menos la suya. Para subsistir, él empezó a arreglar motos y a vender productos de jardinería, secciones con los que continúa en la actualidad

Pese a estar todo el día entre bicis y a su fuerte vinculación con el Camino de Santiago, Redondo explica que hace “un montón” que no le da a los pedales y que nunca ha recorrido la ruta jacobea, aunque añade que le gustaría. Eso sí, andando porque piensa que así tienes “más tiempo para verlo todo”. “Hay gente que hace el Camino sólo para decir que lo ha hecho, pero no se entera de nada; en bici no habría que hacer etapas de más de 60 o 70 kilómetros para disfrutarlo”, añade.

Por último, el alcalde destaca lo mucho que aporta el itinerario jacobeo a Sahagún. “Aquí no hay industria y vivimos del sector servicios; el paso diario de peregrinos se nota mucho en el comercio”, señala. A este respecto, reconoce que como regidor le gustaría realizar una mayor promoción de la ruta, pero apostilla que no tienen dinero para ello. Eso sí, el Consistorio sufraga el albergue municipal y ha editado folletos para informar a los viajeros sobre los servicios y atractivos que ofrece la localidad.