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La desconocida Ruta de la Lana

19 julio 2010 / Mundicamino

El camino atraviesa Soria hasta enlazar con la Ruta Jacobea en Burgos.

Desde el Gobierno autonómico se insiste hace ya tiempo en que Castilla y León no sólo es la comunidad autónoma de España con más kilómetros de Camino Francés sino la comunidad de los caminos a Santiago, con un énfasis en ese plural, tal y como lo demuestra la creciente importancia de la Vía de la Plata, el Camino de Madrid o el Camino de Levante y Sureste. Entre esas rutas tradicionales e históricas figura también el Camino de la Lana, cuyos orígenes comerciales hunden sus raíces en el siglo XVII.

El itinerario parte de Cuenca, cruza Soria de Sur a Norte y atraviesa Burgos hasta enlazar, en su capital, con el Camino Francés a Compostela. La elección del punto de partida, Monteagudo de las Salinas, se basa, según afirma uno de los libros publicados por la Junta sobre las rutas jacobeas, en el viaje que hicieron desde allí y hasta la tumba del apóstol, en la primavera de 1624, Francisco Patiño, su mujer, Marí de Francis, y un pariente, Sebastián de la Huerta. Aunque su recorrido concreto no esté documentado, el actual, impulsado por la Asociación de Amigos del Camino de Santiago (Cuenca), sigue el trayecto que figura en el -˜Repertorio-™ de Alonso de Meneses, publicado en el siglo XVI.

El Camino de la Lana, lejos de la popularidad y masificación del Francés, es una ruta tranquila, impregnada de silencio y espiritualidad, que pasa por algunas de las joyas románicas más bellas de la comunidad, Santa María de Tiermes y San Pedro de Caracena (Soria), y por paisajes naturales tan monumentales como la serpencapital en la historia de España Santo Domingo de Silos y el arruinado San Pedro de Arlanza (Burgos). Además, el itinerario se solapa en diversas ocasiones con el Camino del Cid, lo que le concede un plus de interés turístico y de carga histórica que se nota. De hecho, en la ruta es más fácil encontrar, sobre todo en bicicleta, peregrinos tras las huellas de Rodrigo Díaz de Vivar que de Santiago.

Después de abandonar la villa medieval de Atienza (Cuenca), con su castillo hollado por celtíberos, árabes y cristianos y un más que centenario comercio, en la plaza Mayor, que vende casi de todo, el Camino de la Lana entra en Castilla y León -”donde se extiende a lo largo de 157 kilómetros-” por Retortillo de Soria.

A la sombra de uno de sus viejos muros de adobe, Rosa, María y Justo, tres jubilados que viven entre su casa y una residencia donde les cuidan «muy bien», afirman que por el pueblo «sí que pasan peregrinos, sobre todo a caballo», como hicieran las huestes del Cid hace mil años.

El mirador del Cristo del Carrasquillo, una estatua de piedra parecida a la que domina Río de Janeiro, pero en miniatura, contempla inmutable la siguiente parada, Tarancueña, muy cerca de la cual, aunque fuera de la ruta, se encuentra Tiermes con la iglesia de Santa María, y un yacimiento arqueológico de una ciudad celtíbero-”romana que hacen que la visita esté justificada.