Apostol

Señor Santiago, asegura la solidaridad entre nuestras comunidades autónomas

26 julio 2010 / Mundicamino

El discurso ha girado en torno a alusiones constantes a la ‘unidad’

El arzobispo Julián Barrio pide al pueblo gallego ‘una convivencia solidaria’

La homilía más tecnológica, al Botafumeiro se le acopló una microcámara.

En medio de las referencias a la crisis y con constantes alusiones a la «unidad» de España -«la gran familia unida», dijo-, el Rey Don Juan Carlos pidió este domingo al Apóstol: «Señor Santiago, ilumina a nuestras autoridades políticas, económicas y sociales para que sirvan con generosidad al interés general y favorezcan la cohesión y el entendimiento entre todos».

La guerra, el terrorismo, la opresión, el hambre, la discriminación y la violación de los derechos humanos, por este orden, fueron otros de los asuntos que el monarca recogió en la ofrenda al Apóstol -que protagoniza con ocasión del Año Santo desde 1982, al menos- que tuvo un marcado carácter político.

De hecho, en su discurso en la Catedral de Santiago de Compostela apeló a los «planteamientos integradores» que deben guiar al Estado para «resolver problemas», abundó, «en el marco de nuestra Constitución», tras solicitar «protección» para todas y cada una de «nuestras comunidades autónomas» que responden a «una moderna articulación territorial».

El Rey hizo así un llamamiento al «diálogo y el consenso» en aras de la convivencia. Ese deseo de «entendimiento» fue el eje de un discurso en el que también tuvo cabida la preservación «de nuesto entorno natural» y que remachó con unos párrafos en gallego.

Saludo especial a Fraga

Al término de la homilía que culmina este Año Santo, Monseñor Julián Barrio entregó un obsequio al monarca. A la salida de la catedral -también en el saludo inicial a las autoridades en la Plaza del Obradoiro-, el Rey se detuvo con el ex presidente de la Xunta, Manuel Fraga -llegó en silla de ruedas-, que compartía banco con José Manuel Baltar (líder del PP de Ourense).

Los gritos de «¡Viva España! ¡Viva El Rey! ¡Viva La Reina!» o «¡Sofía, guapa!» acompañaron tanto la entrada como la salida de Sus Majestades en el recinto religioso. «Sofía está guapísima, pero a él se le ve un poco desmejorado», comentó una pareja de madrileños mientras esperaban a que finalizase el acto litúrgico para volver a ver a Sus Majestades.

Entre tanto, el líder del Ejecutivo gallego, Alberto Núñez Feijóo, volvió a dejarse ver junto al ministro de Fomento, José Blanco, repitiendo la imagen de la noche anterior, durante el espectáculo pirotécnico.

Más de 70 miembros de la jerarquía ecleciástica (Antonio María Rouco entre ellos, según la organización), llegados incluso desde el extranjero (Vaticano, Francia, Miami o Munich), asistieron a la homilía más tecnológica de cuantas ha acogido la Catedral de Santiago. Este año al Botafumeiro se le acopló una microcámara de televisión a fin de ofrecer una nueva perspectiva del espectacular rito de incensación.

Botafumeiro, mantilla y chaqué

El lanzamiento del incensario puso el punto y final a la eucaristía que exige etiqueta a las autoridades (ellos de chaqué y, ellas, con peineta y mantilla). Fuera, cientos de peregrinos esperaban al sol la salida de Sus Majestades y, entre todos ellos, los jóvenes de la Ruta Quetzal que desplegaron decenas de banderas de diversas nacionalidades.

A ellos y a todos los españoles dirigió una parte también importante de la ofrenda el Rey, cuando pidió ayuda «para resolver la crisis económica que atravesamos». Por su parte, las lecturas religiosas también aludieron a tiempos complejos: «Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; nos derriban, pero no nos rematan».

La Catedral, tras más de hora y media de celebración, estaba prácticamente sitiada por los miles de visitantes que aspiraban a acceder al templo y ver a los monarcas.

Récord de visitas

Don Juan Carlos, acompañado de Doña Sofía, se dirigió después hacia el Hostal de los Reyes Católicos donde pasaron la noche con una parada añadida en el Pazo de Raxoi, donde Su Majestad estaba previsto inaugurara el Libro de Honor de Santiago.

El éxito de la llamada del Jubilar se plasma en cifras: en 2009 fueron 145.854 los caminantes que recibieron la Compostela. Por los datos manejados este año en el Arzobispado se rebasará, con nota, esa cuantía. También porque la visita de Benedicto XVI el próximo 6 de noviembre pondrá la guinda a este Xacobeo.

Para cerrar la jornada, el Seminario Mayor acogió un almuerzo ofrecido por el arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, al que confirmaron su asistencia, entre otras autoridades civiles, el ministro de Fomento, José Blanco; el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; la jefa del Legislativo gallego, Pilar Rojo; el delegado del Gobierno en Galicia, Antón Louro; el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo; el rector de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), Juan José Casares Long; y el valedor do Pobo, Benigno López, informa Europa Press.

Junto a las autoridades ya citadas, hicieron acto de presencia el ex presidente gallego Gerardo Fernández Albor y una nutrida representación del Gobierno autonómico, además de varios miembros de la familia del presidente de la Xunta y su pareja, la periodista Carmen Gámir, ‘Chinny’, que cerraron la comitiva.