Los peregrinos a su paso por Burgos degustaron un piscolabis con sabor a pescado y marisco.
La gastronomía siempre ha sido parte inseparable de la experiencia del peregrinaje a Santiago, que recorre muy variados gustos a lo largo del Camino. Este año Jacobeo, uno de los sabores que más se van a paladear son el pescado y el marisco, sin olvidar nunca las recetas que han marcado este sendero histórico y que pervivirán en el futuro.
Los peregrinos que llegaban ayer al albergue municipal Casa del Cubo recibieron una merecida bienvenida como premio a su agotadora aventura. A las 20.30, con la hora de la cena acechando, el estómago de muchos ya rugía, y pudo ser calmado con una pequeña merienda de tostas con sardinas guisadas, mejillones, bonito y atún, regada con cerveza.
La comitiva ‘El Tesoro del Camino’, organizada por la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas (Anfaco) y en colaboración con el FROM y la Unión Europea, tiene como objetivo promocionar las características saludables y nutritivas de las conservas de pescado y marisco entre los jacobeos.
Además del tentempié, los cerca de 150 caminantes del albergue de Burgos recibieron una bolsa con un sombrero, una pulsera y dos latillas de atún y sardinas. «La gente llega agotada del camino y cuando reciben la bolsa es como si les dieras un saco de oro», comenta Begoña, una de las organizadoras de la campaña.
La caravana ‘El Tesoro del Camino’ comenzó el 5 de julio en el pueblo gallego de O Pino, próximo a Santiago, y tendrá fin el 4 de agosto en Pamplona. Llevan repartidas unas 3.000 bolsas y prevén aproximarse a la cifra de 5.000.