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El Camino más perro

03 agosto 2010 / Mundicamino

Un grupo de peregrinos inicia la Ruta en León con la compañía de sus «mejores amigos», tres canes de raza whippet.

El Camino de Santiago consigue captar año tras año la atención de un buen número de peregrinos que deciden, durante unos días, recorrer las diferentes sendas que pueblo tras pueblo llevan a Santiago de Compostela. Como ocurre en esta ocasión, cuando además el año es Jacobeo, los visitantes se multiplican y aumenta también la cantidad de formas diferentes de hacer y entender este Camino. Muchos repiten experiencia, como es el caso de Francisco Javier Martínez, y por este motivo, buscan un planteamiento distinto a la hora de afrontar de nuevo el trayecto. En este punto es donde entran en juego Heidi, Charly y Argos, tres perros whippet que junto a él y dos amigos, Carlos Bermejo y Luis Miguel Jiménez, iniciaron esta mañana en León la primera de las 13 etapas que los llevarán a Santiago dentro de 13 días.

Durante los kilómetros que separan León de Villar de Mazarife, donde dieron por finalizada esta primera etapa del Camino, los whippet, una raza de la que, según Martínez, apenas hay unos cien perros en toda España, consiguieron ser los auténticos protagonistas de la ruta. Las alforjas con las que viajan y su constitución, que hace que, pese a que tienen ya entre tres y cuatro años, parezcan cachorros de galgos, hicieron que todos fijaran sus miradas al paso de estos originales peregrinos.

Sin embargo, dejando a un lado lo llamativo de la idea de realizar el camino con sus mascotas, estos tres amigos encontraron ya un buen número de dificultades antes de empezar el recorrido. Por ejemplo, de las 13 etapas que han proyectado, sólo en cuatro hay un albergue en el que les permiten estar con Heidi, Charly y Argos, lo que los ha llevado a buscar otras alternativas y a viajar con una tienda de campaña ligera entre su equipaje. Otra de las complicaciones, según Martínez, es que los perros necesitan su propia comida y su botiquín, lo que supone una carga y una preocupación añadida. Además, por el hecho de viajar con los perros, también han decidido evitar sitios con más población, como es el caso de Astorga o Ponferrada.

Sólo una etapa del camino, la que los llevó hoy desde León a Villar de Mazarife les ha permitido ya vivir sus primeras experiencias como grupo de peregrinos y observar el paisaje «del páramo leonés, con su tierra roja y el campo», señaló Martínez. Una ruta alternativa a la que lleva de León a Villadángos del Páramo, que transcurre paralela a la N-120 y que no consideraban tan segura para hacer el viaje con los perros. Durante estas primeras horas pudieron ver ya a un buen número de personas que, como ellos, también se encuentran inmersas en el Camino y como punto negativo destacan únicamente los últimos cuatro kilómetros de ruta sobre el asfalto, «que machaca mucho más», señaló Martínez, y que además transmite mucho más calor.

Para Martínez se trata además de su segunda experiencia en el Camino, que ya hizo en 2004, anterior año Jacobeo. La idea de volver y de compartir además el recorrido en esta ocasión con sus amigos y los perros le resultó muy llamativa. «La experiencia es muy profunda, conoces a mucha gente y ves cómo valores que en este momento en la sociedad brillan por su ausencia», destaca el peregrino.