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El Camino se siente

24 agosto 2010 / Mundicamino

Un grupo de invidentes, entre los que se encuentran cinco riojanos, recala en Logroño en su recorrido por el Camino de Santiago.

Dicen que el Camino de Santiago es una experiencia que deja huella. Al margen de los motivos particulares, todos los peregrinos están de acuerdo en que el Camino se siente. Y de esta manera especial lo percibe el grupo de peregrinos de la ONCE, entre los que se encuentran cinco riojanos -tres de ellos con ceguera total-, que ayer recaló en Logroño. Ellos no pueden ver los paisajes ni las localidades que recorren, pero aún así viven el Camino como uno más.

«Queremos que se nos reconozca por nuestras capacidades y no por nuestras discapacidades», indica Andrés Martínez, delegado de la ONCE en La Rioja e integrante del grupo. Es ciego total, pero eso no le impedirá ni a él ni a sus compañeros llegar el martes a su destino -en este caso Burgos- a un ritmo más que envidiable.

Su andadura comenzó en Roncesvalles el pasado domingo y, tras cinco jornadas, arribaron ayer a Logroño. Un recorrido que, por lo general, se consigue en seis días. Ritmo y ganas no les faltan.

Y es que muchos ya están preparados para el trayecto. Casi todos se conocen de las carreras en montaña que organiza la ONCE y algunos, como Andrés, pueden presumir de haber participado en varias paraolimpiadas.

A pesar de su buen estado físico, no se libran de los habituales dolores del caminante. Como indica Andrés, «todos los problemas que hemos encontrado estos días han sido de tobillos para abajo».

Por lo demás, se sienten como unos peregrinos más. En las etapas cuentan con la ayuda de varios asistentes de la ONCE que realizan labores médicas y de guía. Les acompaña una furgoneta por si es necesario auxiliar a alguien pero, como explican, «llevamos la mochila al hombro al igual que todo el mundo y hacemos unos 30 kilómetros diarios». «La gente es muy hospitalaria y siempre se queda fascinada cuando nos ve», señala Marcos Bajo, coordinador del grupo.

Para el año que viene tienen previsto repetir y realizar el tramo León-Santiago. La experiencia ha sido única y, como apunta Andrés Martínez, «el Camino tiene algo especial». «Da igual cómo llegues al albergue, pero al día siguiente estás recuperado para continuar», asegura. Lo mejor, la solidaridad de los peregrinos y el apoyo de la ONCE, sin la que -afirman- no habrían podido hacerlo. «Con lucha y sacrificio se consigue todo», resumen.