Apostol

Un Camino femenino desde Austria para encontrar la fe

06 septiembre 2010 / Mundicamino

Catorce mujeres comandadas por una emigrante de Mondariz peregrinan hacia Santiago.

Esperan encontrarla porque saben que existe. Algunas ya la sienten y pretenden reafirmarla y otras andarán con la intención de toparse con ella y abrazarla. No se trata de una recompensa monetaria ni de un tesoro abandonado por los piratas. Ellas, todas al unísono, hablan de la fe. Ese es el verdadero motivo de su peregrinación. Son catorce mujeres que, ayer, se lanzaron al Camino de Santiago desde O Cebreiro. Aunque hunden sus raíces en distintos puntos del globo, todas tienen ahora algún tipo de relación con el centro cultural Geidorf (Graz, Austria) y, en este caso, están comandadas por la gallega Margot García, una emigrante de Mondariz que lleva ya una buena parte de su vida afincada en el país centroeuropeo.

«Estoy en Austria desde el año 1973 -comenta- y hacer el Camino de Santiago es la gran ilusión de mi vida. No quería morirme sin vivirlo, así que organicé esta peregrinación y enseguida se anotaron», explicaba Margot recién llegada a O Cebreiro. Llevan meses preparándolo física y psicológicamente, reflexionando sobre el sentido de fe de esta ruta milenaria. Tanto es así que, aunque para todas -como Issi, Gabi, Bárbara, Heide, Margit o Annelies- es la primera vez, «nos parece como si ya la conociésemos de toda la vida».

Tres de las integrantes del singular grupo partieron más temprano. Su intención era sentirse verdaderas peregrinas al alba. Las restantes, sin embargo, salieron de O Cebreiro a las nueve y poco de la mañana. Con pan fresco recién comprado y algún que otro recuerdo en la mochila, comenzaron su Camino, una ruta que ha de culminar en unos días en Santiago. «Por agradecimiento, por alcanzar la libertad», decían algunas. Y es que la fe está allí donde uno esté dispuesto a recibirla.