Apostol

Otro Xacobeo…¿Para qué?

18 octubre 2010 / Mundicamino

Este domingo acabo de finalizar el Camino de Santiago. Ha sido una experiencia maravillosa que se vive y de la que no se debe teorizar. Durante todo el recorrido he hablado con mucha gente, peregrinos y lugareños, que me han transmitido sus experiencias. Los primeros nos han hablado de la fraternidad, de la convivencia, de “encontrase a sí mismos”, de abrirse a los hermanos, a los semejantes…los segundos, la mayoría, nos contaban la necesidad de este Año Santo para equilibrar sus economías, del Xacobeo civil que ayuda en esta crisis y de las intenciones, han oído, de prolongarlo un año más.

Nosotros nos preguntamos: ¿para qué?. ¿Puede más el sentimiento del negocio que el de ser testigo y testimonio de un Camino que ya muchos intentan descristianizar?. Tal vez sea así. El próximo Año Santo será dentro de once años, cuando la festividad de Santiago Apóstol coincida con un domingo. Pero el Camino, el peregrinaje, no se realiza sólo en Año Santo. Es continuo y es necesario, porque es tiempo de hacer proyectos realistas y factibles para no sentirnos agobiados por la vida.

El Xacobeo es una cosa y el Camino es otra, aunque parezcan que vayan paralelos. El pasado lunes tuve la fortuna de asistir a una Eucaristía oficiada por el párroco de Triacastela, una pequeña localidad de Lugo. El Padre Augusto ofició la ceremonia en varios idiomas y pude ver como varios japoneses, entre otros, lloraban cuando el sacerdote les decía que el Camino sirve, entre otras cosas, “para ver nuestros errores y superarlos; para ver nuestros aciertos y potenciarlos; para sentirse evangelizador de este mundo que pasó de una conciencia de culpabilidad absoluta a una conciencia laxa, donde todo esta permitido”.

El Xacobeo fue y es una gran idea. Hay que potenciar los valores turísticos, y por tanto económicos, en estos difíciles momentos. Pero insistimos lo civil no debe imponerse a lo religioso, a la Fe en definitiva, que acompaña al peregrino que sufre físicamente y espiritualmente, aunque no crea. El Camino no es senderismo o turismo. Puede ser que muchos peregrinos comiencen el Camino sin saber lo que están haciendo y terminen conociéndose a sí mismos. El Camino no está ideado como vacaciones, porque en lo espiritual no caben las vacaciones. El Camino es una búsqueda y creo que muchos encuentran la Fe. El Camino es universalidad, es decir sin nacionalismos excluyentes, donde todos nos sentimos uno y uno se siente un pequeño universo caminante.

Por todo ello, gracias porque he hecho el Camino. Un Camino que también espera al Papa, que el próximo 6 de noviembre será el Primer Peregrino, pues como ha dicho el Padre Lombardi, Portavoz de la Santa Sede “ la peregrinación es una forma de devoción profundamente enraizada en la tradición religiosa católica. El Papa sabe muy bien todo esto, tanto que ha incluido en su escudo la concha del peregrino. Por tanto, viniendo a Santiago ve una extraordinaria oportunidad para anunciar la profundidad y la belleza de la fe cristiana y de su enraizamiento en la experiencia humana, en la historia y en la cultura europea, por no decir de toda la persona en camino hacia Dios en cualquier lugar del mundo. El viaje es esencialmente de naturaleza espiritual y pastoral, y no política”.