Apostol

Un concejal en el Camino

21 octubre 2010 / Mundicamino

Con 74 años, Ángel Yáñez ha vivido en solitario, una «bella y dura» experiencia. «Lo he hecho por fe, lo he pasado mal, pero estoy muy satisfecho», cuenta el tolosarra.

«Lo he hecho por fe, no por otros motivos». Angel Yáñez, el veterano concejal tolosarra del Partido Popular, acaba de completar el Camino de Santiago a sus 74 años. Afirma sentirse plenamente satisfecho tras vivir una experiencia «muy dura, pero tremendamente gratificante a nivel personal».

Fueron varios los motivos que impulsaron al edil a embarcarse en esta aventura que ha completado en solitario. «Celebrándose este año 2010 como «año Santo», y teniendo en cuenta que me va a quedar algo lejos el próximo, en 2021, quise unirme espiritualmente en la celebración a miles y miles de personas que hacen el Camino. Aunque lo empecé con dudas sobre mi capacidad física, con ayuda de mi fe, lo pude completar…»

Yáñez cree hay muchas formas de hacer el Camino, cada una con sus características y opina que todas pueden ser buenas. Cuenta que hace 17 años, cuando lo completó por primera vez, disfrutó de la compañía de dos compañeros de trabajo. «Ahora -cuenta-, mis circunstancias me obligaban a hacerlo sólo». También comenta que por atender sus obligaciones en el Ayuntamiento, no lo ha podido hacer todo seguido, como le hubiera gustado. «Desde Roncesvalles hasta Carrión de los Condes, unos 350 kilómetros, los hice en varias fases y desde allí, los 400 restantes, todo seguido hasta Compostela; en total 36 etapas.

Hace 17 años lo hicimos en 28, pero claro con 57 años se pueden andar 25 kilómetros en seis horas, ahora mi media de kilómetros diarios es inferior», admite con su característica sorna gallega.

El edil popular relata que hubo momentos en los que lo pasó realmente mal. «Fue por calcular mal mis fuerzas y no beber a tiempo», relata. «La primera vez que me sentí mal, me tumbé a la sombra, bebí agua y poco a poco fui mejorando. Es ahí cuando se agradece un simple trago de agua como el que me ofreció un peregrino en la segunda ocasión en que pasé dificultades». «Y es que físicamente he sufrido, en especial bajando las cuestas abruptas y empinadas por tener las dos rodillas operadas de menisco».

Pero, ¿realmente ‘engancha’ tanto el Camino como dicen? Angel lo tiene claro. «Sí, creo que «engancha». «El Camino, si se hace acompañado, o quizá mejor si se hace solo, es una forma muy especial para hacer un recorrido por el ‘yo’ interior, reflexionar sobre la relación con tus semejantes, con la madre naturaleza y sobre el concepto de trascendencia. He conocido a personas que lo hicieron varias veces y me han dicho que tienen intención de repetir».

Yáñez tiene claro que, aunque hay otras muchas cosas que se pueden hacer, completar el Camino es una «experiencia que merece la pena hacerla una vez en la vida, especialmente si se hace por motivos espirituales o de fe».

Angel ha vivido, lógicamente, muchas anécdotas. «Una vez me encontré a una peregrina japonesa de 71 años que venía sola desde su país, apenas hablaba castellano, y cuando nos despedimos, se fue tarareando mi nombre incorporándolo a su música de compañía». También guarda con emoción el momento en el que compartió «modesto refugio» en Viana, -cena y diecisiete colchonetas-, con jóvenes de diez países distintos de Europa, América y Asia.

Y, para terminar, el concejal tolosarra evoca la emoción de llegar a Santiago, que queda para uno mismo. «Una vez obtenida la ‘Compostelana’, que se acredita con la «Credencial» sellada en los Albergues de paso, cumplí el principal objetivo. Me abracé al busto del ‘Señor Santiago’: le pedí su intersección por las necesidades de mis todos mis parientes y amigos».