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Un camino aprueba de barreras

25 octubre 2010 / Mundicamino

El alemán Reiner Maier lleva 192 días sobre una silla de ruedas para cumplir su deseo de cubrir los 3.000 kilómetros que separan la ciudad alemana de Eppelheim, donde reside, de Santiago de Compostela, a pesar de sufrir una minusvalía física del 40%.

Partió de su localidad el pasado 9 de abril y desde entonces pedalea -pero con las manos- sobre su silla, a la que le incorporó una quinta rueda y los pedales de una bicicleta. A todo con el que habla le enseña feliz su credencial, con decenas de sellos que muestran el paso a paso de su peregrinación en la que cruzó tres países, Alemania, Francia y España.

Reiner Maier se muestra encantado con el viaje y olvida los obstáculos que se encontró en estos seis meses. La silla tuvo algunos problemas mecánicos, tanto en los frenos como en las ruedas, lo que le obligó a permanecer parado durante varios días. También sufrió problemas de salud. En Francia tuvo que estar ingresado dos días en un hospital por una caída y en León otros tantos, pero por una gripe. «Es muy, muy difícil el viaje, aunque es muy bueno para la mente de las personas, se me hizo corto», asegura.

Durante el recorrido de Alemania a Saint Jean Pied de Port pernoctó en campings y a partir de ahí lo hizo en albergues. En éstos tuvo algunos pequeños problemas porque no están adaptados a personas con discapacidades físicas. «En los primeros días no me encontraba con mucha gente, pero desde Pied de Port sí», explica.

La peregrinación, que realiza por motivos religiosos, la alterna entre la carretera y el camino original, ya que éste, dice, no se encuentra preparado en algunos tramos para una silla de ruedas, en la que está desde hace 18 años. «Puedo andar un poco y no tengo muchos problemas, pero no puedo estar mucho tiempo de pie porque si no me caigo», apunta.

Diariamente realiza entre 85 y 10 kilómetros, ritmo al que espera llegar a Santiago en cinco días. Maier debe estar varias horas sobre la silla, aunque después de una hora pedaleando realiza una parada para tomarse un respiro. Ayer realizó el tramo entre Samos y Sarria, donde pernoctó en el albergue A Pedra de Vigo de Sarria.

En el Camino de Santiago, explica, se encuentra con muchos peregrinos, también alemanes, que le paran para hacerse fotografías y charlar con él. Desde Santiago cogerá un vuelo destino a Alemania, aunque ya está pensando en repetir experiencia.

Vehículo: En las pendientes le ayudan dos motores eléctricos

Su curiosa silla de ruedas lleva incorporados dos pequeños motores eléctricos para ayudarle a salvar las zonas con mayor pendiente, como fue el caso de los Pirineos.

Este vehículo está formado por su silla de ruedas y en la parte delante cuenta con una rueda y con los pedales de una bicicleta, que utiliza con las manos a causa de su invalidez. Para cargar las pertenencias necesarias para estos seis meses de viaje, Maier le enganchó un carrito y una mochila en la que lleva la tienda de campaña, un saco de dormir, alimentos…

Con pendiente acciona los motores con una palanca incorporada junto a los pedales.«Con las baterías tengo que ir despacio por sino anda cinco kilómetros y paran. Si voy despacio los motores pueden aguantar hasta un día», explica.

20 kilómetros por hora

Pedaleando llega a alcanzar los 20 kilómetros por hora, aunque cuando se trata de una zona montañosa no supera los dos kilómetros. Para mantener este ritmo se preparó concienzudamente durante un mes. Los últimos tres años ya pedaleó en este singular vehículo, tiempo en el que recorrió «500 kilómetros».