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Las obras del AVE se ‘comen’ la Ruta Jacobea, tomada por la maquinaria

10 noviembre 2010 / Mundicamino

Varios carteles advierten: “Por su seguridad, no salga del camino”

Calzado cómodo y resistente, bordón, credencial, ropa de abrigo y un buen casco de seguridad. Los peregrinos que se adentren estos días en la Ruta Jacobea a su paso por Calzada del Coto seguro echarán de menos este último elemento a juzgar por el impacto y la magnitud de las obras del Tren de Alta Velocidad, que están consiguiendo borrar del mapa la histórica senda, devorada estos días por dumpers, camiones, retroexcavadoras y toneladas de hormigón y ferralla.

El macroproyecto que promueve el Ministerio de Fomento a través de Adif está cambiado y mucho el paisaje que atraviesa la Ruta Jacobea, especialmente entre las poblaciones de Calzada del Coto, Bercianos y El Burgo Ranero, todas ellas aledañas al Camino Real Francés.

Nada más poner un pie en la senda, ya se advierten las primeras indicaciones: “Atención peregrinos. Zona de obras. Por su seguridad, no salgan del camino”. Los primeros metros de ruta discurren sin mayor dificultad para los que van a pie, pero no así para los ciclistas, que se tendrán que enfrentar a un andadero, ahora abarrotado de parches, que hace pocas semanas eran blandones, provocados por el paso de tanta maquinaria pesada.

Así todo, el primer susto para el peregrino está poco antes de llegar a Bercianos del Real Camino. Aquí las obras ya están muy avanzadas y luce sobre las cabezas de los ‘concheiros’ una mole de hormigón, un paso superior de algo más de cuatro metros de altura que rompe por completo el paisaje paramés. Además, el trazado original ha sido modificado para que no interceda en el discurso de las obras del AVE y los peregrinos se ven obligados a tomar por unos metros un polvoriento camino alternativo ‘enlatado’ que discurre en paralelo a la zona de intervención.

No obstante, una vez rebasado este punto negro, el Camino de Santiago retoma la normalidad hasta El Burgo Ranero.

Pocos metros antes de alcanzar esta última población, otro cartel alerta al peregrino en tres idiomas: “Peatón: por su seguridad, circule dentro de los límites establecidos. Disculpen las molestias”.

Las obras del Tren de Alta Velocidad se han cebado ahora en este tramo en el que los peregrinos también se ven obligados a continuar su camino entre vallas de seguridad y toneladas de hierro. Evadirse del mundanal ruido, ya es misión imposible hasta en la Ruta Jacobea.