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El camino de santiago, un peregrinaje para llegar a Papa

05 noviembre 2010 / Mundicamino

El Camino de Santiago, uno de los largos senderos de peregrinaje de Europa, ha sido una de las vías por las que han discurrido algunos prelados de la Iglesia católica antes de acceder al cargo de Papa.

Al menos tres prelados viajaron a Compostela antes de su elección como sacerdotes supremos del catolicismo, aunque se atribuye a otros religiosos e ilustres personajes una serie de peregrinajes carentes de documentación acreditativa suficiente, explicó a Efe el medievalista Fernando López Alsina, de la Universidad de Santiago de Compostela (USC).

El arzobispo de Vienne, Guido de Borgoña, visitó Compostela hacia el año 1108, diez años antes de ser elegido como Papa Calixto II.

Durante su mandato atendió muchas peticiones para fomentar que esta ciudad se convirtiera en sede metropolitana, cultivando así el mito de la aparición de los restos mortales de Jacobo el Mayor, fallecido en el año 44 en Jerusalén.

Calixto II, hermano de Raimundo de Borgoña, conde de Galicia, y tío del rey Alfonso VII, respaldó en Roma la insistencia del obispo gallego Diego Gelmírez para convertir Compostela en arzobispado.

El cardenal Jacinto Bobone viajó a Compostela como legado pontificio en una de sus dos misiones a España a mediados del siglo XII, antes de ser elegido como Papa Celestino III en 1191.

Su visita se produjo cuando ejercía de cardenal legado de la Iglesia romana en el reino de León, del que Galicia formaba parte.

El cardenal Angelo Giuseppe Roncalli también acudió brevemente en julio de 1954 a Compostela, donde permaneció unas horas para pasear por las calles y visitar la catedral, cuatro años antes de ser nombrado en octubre de 1958 Papa con el nombre de Juan XXIII.

Cincuenta años antes, en 1908, en su etapa de profesor del seminario de Bérgamo, Roncalli se había desplazado a Compostela.

Pero fue el cardenal Karol Wojtyla, convertido en Papa Juan Pablo II, la primera máxima autoridad del catolicismo que visitó la ciudad en 1982, coincidiendo con el año xacobeo.

Posteriormente, Juan Pablo II repitió su visita en 1989 para participar en la IV Jornada Mundial de la Juventud de la Iglesia católica, un multitudinario acto que atrajo a unas 300.000 personas.

Durante el mandato de Juan Pablo II, el cardenal Joseph Alois Ratzinger fue invitado a Compostela y estuvo a punto de acudir, aunque nunca llegó a hacerlo.

Ratzinger, tras su elección el 19 de abril de 2005 como Papa, con el nombre de Benedicto XVI, prevé convertirse en el segundo sumo pontífice del catolicismo en viajar a Compostela el próximo 6 de noviembre. Su peregrinaje será a bordo de un avión procedente de Roma y, tras ocho horas en Compostela, partirá de nuevo en un vuelo con destino a Barcelona.

Al Papa Alejandro III se le atribuye una estancia en Compostela, pero la única relación existente es la autoría de una carta pontificia en la que confirma la concesión del año santo, un documento «falso» fechado en 1179, ya que fue escrito probablemente en el siglo XV, según el historiador alemán Bernard Schimmelpfennig.

López Alsina observó la tradición persistente de poner la etiqueta de peregrinos a numerosos personajes históricos, pero sin fundamento, y consideró «verosímil» que lo hiciera Domingo de Guzmán y «posible» que estuviera también Francisco de Asís, los fundadores de las órdenes dominica y franciscana, respectivamente.

Asimismo, indicó que el erudito franciscano Raimundo Lulio, conocido por su «afán de convertir a los musulmanes mediante el diálogo y no por el enfrentamiento», acudió a Compostela.

Uno de los primeros peregrinos de los que hay documentación es el obispo de Le Puy, Godescalco, un obispo franco que, de camino hacia Compostela en el año 950, se hospedó en el monasterio de Albelda, entonces parte del reino de Pamplona, donde se interesó por un libro del que pidió que le hicieran una copia y lo recogió a su regreso, al año siguiente.

Godescalco, que viajaba acompañado de un séquito y que acreditó haber estado el 30 de diciembre en Compostela para rendir homenaje a los restos de apóstol Santiago, es probablemente el «primer peregrino ultra-pirenaico» del que hay documentación, comentó el historiador.