Apostol

Hay que ser agradecidos

15 noviembre 2010 / Mundicamino

Es de bien nacidos ser agradecidos. En primer lugar, los católicos y la buena gente de Galicia estamos muy agradecidos al Santo Padre por su cercanía, su sencillez personal y sus propuestas doctrinales de largo alcance. Precisamente en este momento cuando es más necesario que nunca la búsqueda de diálogo y encuentro entre las diversas formas de pensar e, incluso, de hacer compatible una fe ilustrada con la dimensión espiritual en el corazón de la sociedad. Benedicto XVI lo ha sentido así y, ante el mundo entero, en la audiencia pública de este miércoles, ha dicho de nosotros: En Santiago de Compostela…Fui acogido verdaderamente con gran entusiasmo y calor.

Además aprovechó la ocasión para proponer que: el «Camino de Santiago», siga manteniendo vivo su genuino significado religioso, espiritual y penitencial… Ese camino, entretejido de vías que surcan vastas tierras formando una red a través de la Península Ibérica y Europa, fue y sigue siendo lugar de encuentro de hombres y mujeres de las más diversas procedencias, unidos por la búsqueda de la fe y de la verdad sobre sí mismos, y suscita experiencias profundas de compartir, de fraternidad y de solidaridad.

El Papa es muy consciente del Papel de Santiago en el futuro de Europa, por eso afirma:

Compostela es un lugar espiritualmente extraordinario, que sigue siendo punto de referencia para la Europa de hoy en sus nuevas configuraciones y perspectivas. Conservar y reforzar la apertura a lo trascendente, así como un diálogo fecundo entre fe y razón, entre política y religión, entre economía y ética, permitirá construir una Europa que, fiel a sus imprescindibles raíces cristianas, pueda responder plenamente a su propia vocación y misión en el mundo.

En segundo lugar, este agradecimiento se hace extensivo a los medios de comunicación social. El Correo Gallego ha sido, sin duda, el diario que más amplitud, seriedad y entusiasmo ha puesto para acoger a Benedicto XVI. Como dicen los italianos, merece un ciento diez cum laude en todos los sentidos. La misma calificación habrá que aplicar al ente de Radiotelevisión de Galicia, que ha puesto a Santiago y a Galicia en la meta ambicionada de gente del mundo entero, cosa que podremos comprobar en los próximos años. La mayoría de los periódicos de Galicia han tratado con respeto y seriedad este evento, lo cual es de agradecer por lo que significa de servicio a la verdad y a la convivencia.

Hemos visto también algunos medios, minoría en todo caso, que se han apuntado a la intolerancia de siempre, sin escuchar ni leer lo que el Papa realmente estaba diciendo. Un periodista amigo, y no precisamente de derechas, me dijo que «este Papa non da titulares, da doutrina». Como no da titulares provocativos sino que hace propuestas, hay que buscar, como sea, titulares de dudosa ética profesional, sacar punta y descontextualizar las afirmaciones del Papa y así contrarrestar el influjo de la oferta existencial del cristianismo en el presente y futuro de Europa. No soportan el sentido positivo de esta propuesta de búsqueda de la verdad como belleza que llena el ansia de felicidad del corazón humano. Bien claro lo dejó el Papa al afirmar que la belleza es la gran necesidad del hombre y la reveladora del mismo Dios que invita a la libertad y arranca del egoísmo. No se trata, pues, de una belleza banal sino de la bellaza misma, la belleza infinita como fuente y razón del ser humano. La relación entre belleza, Dios, cultura, fe y razón se entienden en Compostela sin dificultad para aquel que sabe leer con corazón limpio, libre de prejuicios que ya resultan muy gastados. También a ellos tenemos que agradecerles su crítica, ya que así nos obligan a repensar nuestra propuesta creyente sobre la persona humana, con la mirada puesta en la sensibilidad de los hombres y mujeres de hoy y, al mismo tiempo, con el oído atento a nuestra gran tradición filosófica, cultural y teológica.