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‘Al Camino Francés lo mataron el ‘overbooking’ y la comercialización’

12 diciembre 2010 / Mundicamino

Devoto incansable del Camino Portugués a Santiago, Celestino Lores hará hoy de anfitrión ante un exquisito grupo de peregrinos, procedentes de distintos países de la Unión Europea. Su objetivo: refrendar la importancia de la vía portuguesa como uno de los principales vertebradores económicos de la eurorregión Galicia-Norte de Portugal.

¿Cuáles son los retos de este congreso internacional?

En este congreso queremos refrendar la capitalidad de Pontevedra dentro del Camino Portugués a Santiago y que esta vía sea considerada Camino de Europa. Después del éxito de peregrinos que hemos tenido este año (con más de 30.000), creemos que ya hemos hecho méritos suficientes para ese reconocimiento.

¿Qué significa, exactamente, ser considerado Camino de Europa?

El Camino de Santiago, de hecho, ya lo es, en la amplitud de todos los caminos que lo forman. Pero nosotros queremos que, además de serlo de una forma teórica, lo sea también práctica. Que los parlamentarios europeos pongan de manifiesto la importancia que este Camino tiene para la eurorregión Galicia-Norte de Portugal, tanto desde el punto de vista de flujo turístico como desde el intercambio cultural.

¿Quiénes son los eurodiputados a los que se solicitará esa reivindicación?

Contamos con el pontevedrés Francisco Millán Mon (Grupo Popular Europeo), presidente del Intergrupo Caminos de Santiago del Parlamento Europeo, que impartirá la conferencia inaugural. Pero también está confirmada la presencia de los socialistas Antolín Sánchez Presedo y Elisa Ferreira, del ‘popular’ Nuno Melo y de Gerardo Fernández Albor, presidente de honor del Intergrupo Caminos de Santiago del Parlamento Europeo.

¿Cuál es la finalidad de que peregrinos internacionales describan su experiencia?

Buscamos que nos cuenten qué ha significado para ellos el recorrido por el Camino Portugués.

¿Cómo se puede mantener viva la llama peregrina en los años que no son jacobeos?

Parece como si en los años que no son jaboceos no existiesen las peregrinaciones. Y no queremos que eso ocurra. Muchos de los 30.000 peregrinos que pasaron este año por Pontevedra son consecuencia del Año Santo, pero han llegado de todas partes del mundo, desde Alaska hasta Corea, pasando por Australia y África. Y es gente del Camino que va a seguir viniendo. Gente que antes hacía el Camino Francés y ahora hace el Camino Portugués por la cantidad de problemas que encontró en el primero. Y nosotros no queremos caer en esos mismos errores.

¿A qué errores se refiere?

Los más importantes son la masificación y la comercialización excesiva del Camino. No se puede convertir la peregrinación en un merchandising, sino que se debe buscar una buena imagen. Y los resultados positivos, en este caso para Pontevedra, ya llegarán con el tiempo y con las excelencias que prediquen los peregrinos, que son nuestros mejores embajadores. La mejor manera de promocionar la ciudad es el boca a boca.

¿Qué repercusión económica tiene el Camino para la ciudad?

Cada uno de los 30.000 peregrinos que han pasado este año por aquí ha gastado una media de 15 euros, lo que supone 450.000 euros, un dinero que no había y que no ha cambiado de bolsillo, sino que ha llegado de fuera.

¿Qué problemas ha provocado la masificación en la ruta francesa?

El peregrino no es un indigente y no es normal que tenga que pelearse por llegar antes a un albergue para encontrar una cama. El perfil del peregrino del Camino Portugués ha pasado de ser un varón de 50 años, con estudios e ingresos medios o superiores, a una mujer de 25 años y estudiante. En base a esto, los albergues deben dar prioridad a este tipo de peregrinos y que la gente con mayor poder adquisitivo se desvíe a una pensión o un hotel.

¿Cuál sería la conclusión del congreso que le satisfaría?

Que fuese un buen colofón a un Año Xacobeo excepcional para Pontevedra y que ayude a mantener un Camino vivo y del siglo XXI.