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Hospitalidad a la vieja usanza en el nuevo albergue jacobeo Ebalo Tamaú de El Burgo Ranero

17 diciembre 2010 / Mundicamino

Artesanos y profesionales de la construcción han colaborado en el proyecto.

Ebalo Tamaú, ‘bautizado’ así en homenaje a un generoso hospitalero israelita que habría ofrecido alojamiento (sin saberlo) a Jesús de Nazaret, es el curioso nombre con el que se ha ‘bautizado’ un nuevo albergue para peregrinos en la localidad jacobea de El Burgo Ranero, un refugio, que eleva a un centenar el número de camas a disposición del peregrino.

Así, siguiendo la doctrina hospitalera de este personaje, Eufemio Baños Lozano, ‘Femi’, oriundo de El Burgo, se lió la manta a la cabeza y comenzó a dar forma a su ilusionante proyecto, “proyecto que ha contado con el apoyo de muchos profesionales y artesanos, que han prestado su colaboración casi de forma desinteresada, porque esta es la esencia del albergue, no hay un ánimo de lucro explícito. Se han empleado incluso excedentes de otras obras, ha colaborado una empresa constructora, hay mucha gente detrás del albergue”, comenta el promotor y también polifacético artista cuya obra se puede contemplar en el nuevo refugio jacobeo.

El inmueble que ahora es albergue, es un antiguo almacén de cereal realizado en adobe durante la primera mitad del siglo pasado, “cuya estructura y materiales se han respetado”.

El albergue Ebalo Tamaú (situado a escasos metros de la estación del tren de El Burgo), cuenta con todas las comodidades para los sufridos peregrinos: salón de reuniones, comedor, patio con jardín, cocina comunitaria, zona de lavandería… y ofrece además un total de 12 plazas repartidas en tres acogedoras habitaciones: una para seis personas, otra de cuatro camas y una tercera para dos peregrinos.