El Instituto de Desarrollo Comunitario de Castilla y León reconoce la labor de la entidad al considerarla «representativa» del conjunto de cofradías de la ruta jacobea.
«El Camino de Santiago es un escaparate permanente de nuestras gentes y nuestra cultura». Así lo señaló el juez-presidente de la Cofradía de los Falifos, José Antonio de la Fuente, al recibir el Premio por un Mundo Rural Vivo, que concede anualmente el Instituto de Desarrollo Comunitario de Castilla y León.
El también párroco de Rionegro del Puente, en Zamora, agradeció el galardón y, sobre todo, «poderlo compartir con todas las asociaciones jacobeas, albergues y parroquias del Camino».
El presidente del Instituto de Desarrollo Comunitario de Castilla y León, José María de la Cuesta, justificó la entrega del premio a la cofradía «por su larga historia, su compromiso y su buen hacer», lo que la convierte en «representativa del conjunto de cofradías que trabajan desde y para el medio rural de nuestra comunidad».
«Hoy la Cofradía de los Falifos se dedica en exclusiva a la atención al peregrino, pero en sus años de mayor relevancia se ocupaba también de organizar y distribuir rentas, proporcionar la dote para el matrimonio a las doncellas pobres, dirigir asilos y hospitales, y cuidar y educar a niños expósitos», recordó.
El presidente nacional de IDC, Felipe González de Canales, destacó que «el carácter eminentemente rural de Castilla y León ha hecho que cobren singular importancia los llamados caminos a Santiago, que atraviesan las nueve provincias de Castilla y León y que han aportado a numerosas localidades visitantes, comercios,o infraestructuras.
En definitiva, el tan ansiado dinamismo, y con ello mejora de las condiciones de vida y trabajo», concluyó
