Apostol

El Camino se hace corriendo

18 enero 2011 / Mundicamino

Siete leoneses completan el reto de realizar los 270 kilómetros entre Santiago de Compostela y San Justo de la Vega a relevos. Su tiempo, algo más de 21 horas

El Camino de Santiago como escenario y el atletismo como medio para despedir el Año Santo. Esa propuesta es la que llevaron a cabo siete leoneses recorriendo los casi 270 kilómetros que separan Santiago de Compostela y el Alto del Crucero en San Justo de la Vega. Y lo hicieron corriendo en una jornada que se extendió durante 221 horas y media y a relevos.

Fidel, Luis, Ricardo, Marta Enrique, Gabriel y Leoncio tuvieron que hacer frente a la noche durante una parte importante del trayecto y también a las adversas condiciones climatológicas para alcanzar su objetivo. Como explica Leoncio, uno de los protagonistas, «la fe en lograr nuestro objetivo fue mayor que los impedimentos. Sabíamos que podíamos y eso nos llevó a la meta».

Algunos de ellos como Marta todavía a varios años de cumplir la veintena y otros más veteranos en estas lides compartieron protagonismo en una iniciativa que pretende tener continuidad con otros retos en los próximos años. Corriendo, a veces al trote pero sin descanso.. Así durante más de 21 horas en las que los participantes en esta carrera jacobea, realizada precisamente al revés, desde la capital compostelana a San Justo de la Vega, tuvieron que acometer relevos que en un primer momento se extendían durante una hora pero que poco a poco y según las condiciones fueron variando. «Algunos de nosotros tenemos experiencia en carreras y pruebas competitivas pero tanto los que sí como los novatos aportamos nuestro grano de arena para llegar a la meta». Una meta que alcanzaban pasadas las nueve de la noche después de un trayecto en el que todos quedaron exhaustos. «Las condiciones climatológicas fueron peores de las que esperábamos. Al principio la lluvia fue nuestro principal enemigo, luego el viento y al final el frío. Nos acompañaron en todo momento pero no impidieron que al final lográsemos lo que nos proponíamos». En este caso llegar al Alto del Crucero en San Justo de la Vega y poder celebrar con amigos y familiares una nueva gesta deportiva, en este caso con el camino como especial escenario.