Apostol

Claves para dar continuidad a la ruta

19 enero 2011 / Mundicamino

Los puentes de Villarente y Fitero, considerados ‘Hitos del Camino de Santiago’, representan infraestructuras vitales para la pervivencia de la ruta

Los puentes situados a lo largo del Camino de Santiago constituyen infraestructuras vitales para el peregrino. Tanto como los hospitales o las fuentes, pues sin ellos sería inviable dar continuidad al camino. Numerosas órdenes religiosas, cofradías, nobles y reyes comprendieron, con el paso del tiempo, la importancia de dotar el trazado de estas obras de ingeniería para atravesar los más de 15 ríos que serpentean junto al camino. Algunos de ellos de gran caudal y, por lo tanto, de extrema peligrosidad para quienes debían atravesarlos para seguir hacia la tumba del Apóstol.

Dos de los puentes situados a lo largo de la ruta en Castilla y León han alcanzado la consideración de ‘Hitos del Camino’, dado su alto grado de vinculación con la ruta. Uno tiene origen romano, el otro medieval, y ambos son imprescindibles para comprender la historia del Camino de Santiago en la Comunidad.

El más antiguo parece ser el Puente de Villarente (León), famoso porque su longitud es de las mayores en este tipo de infraestructuras en la ruta. Mientras algunos expertos atribuyen su construcción a los romanos, el ‘Códice Calixtino’ le otorga un carácter medieval. Construido con sillares regulares, ha llegado hasta nuestros días muy reparado y parcheado, lo que hace que sus 18 ojos -llegó a tener hasta 20- sean muy desiguales. Como singularidad, es uno de los pocos que tiene una curva en la mitad de su recorrido.

La alta densidad de tráfico que soporta, su estrechez, y el continuo tránsito de peregrinos, sin embargo, le han convertido en uno de los puntos negros del trazado. Conductores y peatones reclaman desde hace años una alternativa para cruzar el río Porma. “Está muy castigado porque todo el tráfico de la N-601 pasa por él, y mientras no se haga la autovía es la única salida hacia Valladolid”, explica Jesús García Aller, el alcalde de Villasabariego, municipio al que pertenece el puente.

La Junta tiene en proyecto construir una pasarela paralela al puente que estaría destinada a los peatones. Junto a ella, se crearía un paseo verde en el tramo de carretera en desuso, en parte pavimentado y en parte vegetal. También figura una nueva área de descanso y la sustitución del actual hostal por un albergue de peregrinos. No sería el primero que existió junto al Puente de Villarente, pues las crónicas hablan del Hospital Virgen Blanca, fundado por Andrés Pérez Capillas, canónigo y arcediano de la catedral de León. Aún funcionaba en torno a 1720, aunque a mediados de siglo ya estaba cerrado.

El alcalde considera que en el futuro “habría que realizar una restauración más integral”, pues se trata de “un Bien de Interés Cultural”, recuerda. “Está firme, pero muy parcheado. En la barandilla, hay sitios donde el hormigón se ha estropeado, no está suelta del todo, pero sí amenaza con soltarse”, indica. Jesús García Aller tiene muy claro que el Puente de Villarente es “un referente para el municipio y para el Camino de Santiago”.

También lo es el Puente Fitero, situado a un kilómetro de Itero del Castillo, en un paraje idílico del cauce del Pisuerga, y que une las localidades de Burgos y Palencia. Levantado por Alfonso VI, consta de once bóvedas, aunque durante mucho tiempo dos estaban cegadas. También aparece citado en el ‘Códice Calixtino’, y su papel estratégico llegó a ser muy relevante.

Hace tres años, se llevó a cabo una restauración en profundidad. “El puente estaba muy mal. Los ojos estaban abiertos, las piedras sueltas, y en unas condiciones que si no se restaura en ese momento podría haberse caído”, relata el alcalde de Itero, Salvador Martínez Martínez, quien recuerda cómo un buzo se pasó dos meses sacando piedras del río. “Hace años, había un agricultor que se dedicó a tirar al río todas las piedras del puente que le estorbaban, porque no cabía la maquinaría que él quería meter”, asegura.

Se rellenaron algunas cepas que estaban carcomidas por las corrientes, las crecidas del río, y los golpes de la madera que arrastra un Pisuerga muy caudaloso en este punto. Para el primer edil, aquella intervención permitió dejar la infraestructura en “unas condiciones muy buenas”.

Con motivo de este Año Jacobeo, la Junta ha colocado una instalación de madera junto al puente, a modo de mirador, para destacar su importancia como ‘Hito del Camino’.

El problema, igual que sucede con el Puente de Villarente, es que se trata de obras muy importantes para las comunicaciones, y continúa abierto al tráfico. “Ahora no lo podemos pedir, pero lo ideal es que se hubiese hecho un puente paralelo y éste hubiera quedado para los peatones”, señala.

A su juicio, “sería una pena que volviera a tener desperfectos”, aunque ve lejana la solución porque, como en el Puente de Villarente, “a día de hoy, no hay otra opción que dejar el paso de camiones”.