‘La cocinas del camino’ se presenta como una guía para el peregrino y dedica un capítulo especial a la gastronomía y a la senda jacobea desde el Principado
La relación del Camino de Santiago con Asturias se remonta al reinado de Alfonso II cuando Galicia estaba bajo el dominio del rey astur. El hallazgo de los restos del apóstol Santiago en Compostela fue el germen de lo que hoy conocemos como Ruta Jacobea. Para cuidar a los peregrinos en su camino, surgieron las hospederías donde los caminantes encontraban un lugar donde reponer fuerzas y descansar.
De esas albergerías que ofrecían comida y cama al peregrino, nació la idea, hace ya un par de años, de elaborar una guía del camino desde una visión gastronómica. Ayer se presentó en sociedad Las cocinas del camino que nace con el afán de ser un propuesta de viaje intelectual y una obra de consulta para los peregrinos. El libro recorre todas las arterias del camino de Santiago y dedica un capítulo especial a los sabores y los caminos del Principado. Para mostrar los encantos de la cocina asturiana su editor, Manolo González, cuenta con la colaboración de destacados chefs asturianos. La parte histórica, siempre relacionada con la gastronomía, corre a cargo del crítico gastronómico, Eufrasio Sánchez que no olvida los productos tradicionales asturianos como la sidra, el vino, los quesos, la fabada, el pote asturiano, el arroz con leche. Pero también da el salto a la innovación, a la cocina de Nacho Manzazo que cuenta con dos estrellas Michelín y la de sus compañeros de Casa Conrado, Casa Gerardo, Las Caldas, Viator y el Real Balneario de Las Caldas.
El editor de Las cocinas del camino , Manolo González, explicó ayer en Oviedo que el panorama gastronómico es “magnífico” y la idea es describir los platos, los productos y las costumbres culinarias de cada región por la que discurren las tres arterias que se encuentran en la capital gallega: el Camino Francés, el Camino de la Costa y la Vía de la Plata.
Nacho Manzano, de Casa Marcial, eligió para la ocasión una receta de Salmón salvaje tibio y ahumado con coliflor, espumosa y en cucús, patatas a la parrilla y hojas ahumadas . Un plato que surge para mostrar uno de los platos fuertes de su zona. “En Arriondas tenemos el Sella donde son muy conocidos los salmones. Mi cocina es muy personal basada en la tradición y, en todo el norte, hay una hilo conductor”.
Otras propuestas asturianas son un Bogavante natural sobre velos de su jugo y rissoto de azafrán , del Real Balneario de Salinas, Pixín con guisante y germinados del Viator de Las Caldas, Bacalao con jugo de ibérico y verduritas de Las Caldas Villa Termal, Lubina Ajoperegil , de Casa Gerardo, D
