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Camino de Santiago de la Costa: San Sebastián-Zarautz. Mar, playas, caseríos y viñas

22 marzo 2011 / Mundicamino

Entretenido recorrido de 22 kilómetros con algún pequeño repecho y preciosas vistas al Cantábrico

Estamos en Donosti-San Sebastián. Nos espera Zarautz tras una etapa marinera. Caminamos por el Paseo Igeldo, en el extremo de la playa de Ondarreta. La montaña está sobre nosotros. A unos 200 metros (hay un letrero) está el Albergue juvenil La Sirena, bien situado pero que sólo abre en julio y agosto. También está cerca, en dirección al funicular, ‘El peine de los Vientos’, esa escultura de Txillida que desafía al oleaje. Cargamos los pulmones de salitre y seguimos la caminata.

El primer tramo es urbano y con fuerte desnivel, pero sin pérdida alguna. Nos guiarán las flechas amarillas del Camino de Santiago y los mojones de madera. Dejamos el sendero. A la derecha quedan la barrera y el parque de atracciones. Los comodones pueden alcanzar este punto en autobús urbano. Nos dirigimos al restaurante Leku-Eder, en la antigua carretera de San Sebastián a Orio (km 3,5).

Tras un kilómetro de asfalto salimos de la carretera y caminamos (atención a las señales) por el barrio de Igeldo, donde nos llevaremos una grata sorpresa. Junto a una de las casas (nº 24), encontramos una mesa con un par de sillas y unas botellas de agua. Las ofrece el peregrino José María Soroa. También coloca un sello para la credencial.

La vieja calzada

A partir de este punto las casas quedan atrás. Nos esperan 5 kilómetros de caminos en un estado aceptable por la ladera del monte Mendizorrotz. Su cima (a la izquierda) está cubierta de antenas. Por la derecha, bosques, prados, caseríos… parece que se precipitan al Cantábrico. Es una imagen inesperada, por marinera y salvaje a un paso de San Sebastián.

Alcanzamos el caserío Munioeta (habitado), bajo un área recreativa. Nos espera un corto tramo en bastante mal estado para enlazar con la carretera a Orio. Con viento racheado y lluvia también se puede llegar a este cruce por carretera. Evita pisar barro.

Ya pisamos asfalto. A la izquierda vemos el caserío Muniotazar, envuelto en un bosquete de bambú. Cinco minutos después, en una pronunciada curva, un letrero señala ‘787 kilómetros a Santiago’. Allí entramos en la vieja calzada que desciende a Orio. Es muy pendiente y conserva el enlosado original que con lluvia, complica la marcha. El camino baja con decisión. Dejamos atrás pinos, robles, una fuente con bancos y el desvío a Kukuarri. Alcanzamos el caserío Aganduru y descendemos hasta el peaje de la A-8, en la antigua carretera de Orio. Caminamos por ella un corto tramo. Tras atravesar un peligroso túnel, subimos un repecho (derecha) y llegamos a la ermita de San Martín de Tours. Restaurada. Detrás hay un restaurante y cerca está el Albergue San Martín.

Una calleja empedrada en fuerte descenso nos lleva hasta el pórtico de la Iglesia de San Nicolás de Bari, protector de los viajeros. Acogedor, especialmente en caso de lluvia.

Un estrecho sendero

Frente a nosotros se abre la ría de Orio. Fue un obstáculo temible para los peregrinos. Ahora se cruza por el puente de la N-634. Estamos en la otra orilla. A la izquierda queda la estación del Euskotren. En la primera curva de la carretera a Zarautz vemos las señales amarillas del Camino. Es un estrecho sendero desbrozado que surca la ladera de la montaña, pasa bajo la A-8 y desciende al Albergue Juvenil Txurruka y su playa. Ya queda poco. Nos espera un corto y exigente ascenso por pista, entre viñedos, que nos deja en la explanada de la Bodegas Talai Berri. Allí está la entrada al Camping Zarautz.

La carretera siempre en bajada nos lleva hasta la iglesia de Santa María La Real de Zarautz. Durante el descenso podemos divisar la villa, su playa y el campo de golf y las marismas. Al fondo, los montes del Parque Natural de Pagoeta. Cansados disfrutamos de las vistas.