Apostol

El juego templario de la Oca en el Camino de Santiago

01 enero 2016 / Mundicamino

El autor, Fernando Lalanda, realiza el Camino de Santiago por primera vez con 19 años, allá por 1976, en el Año Santo de la Transición, desde ese momento queda hechizado por esta última gran aventura de occidente.

Implicado con el Camino, pertenece a la Archicofradía del Apóstol Santiago y es miembro de la Asociación Gallega de Amigos do Camiño de Santiago, así como fundador de la Asociación San Guillermo de Arnotegui dedicada a la remisión de penas a través de la peregrinación forzada.

Gran conocedor a pie del Camino de Santiago, con una visión anterior a la actual, -y por lo tanto distinta-, está comprometido con el proyecto personal de recuperar la historia de las peregrinaciones en la edad media que supone para éstas el siglo XX.

Entendiendo que tras el humo esotérico o dogmático se esconde una realidad mucho más fantástica, busca, en la lógica y en el profundo conocimiento del tema, nuevas rutas teóricas que conduzcan a la verdad que encierran los viejos mitos y leyendas del Camino de Santiago.

SINOPSIS

Tras su maquillaje esotérico la escondida realidad –nunca imaginada-, supera a la inconexa ficción. Basándose en el mito de que el Juego de la Oca representa el Camino de Santiago, la obra desarrolla la teoría de que el tablero del juego no era otra cosa que un mapa sinóptico de la ruta a seguir. Ofrecido por los Caballeros Orden del Temple a los peregrinos que depositaban bajo su custodia el dinero necesario para realizar su viaje, -pero de forma acomodada-, hasta Santiago de Compostela.

Puntualmente los caballeros templarios ofrecían servicios de escolta y transporte a modo de un subproducto de la ferviente actividad productiva de sus encomiendas, una labor encaminada a facilitar fondos con los que mantener la guerra en Tierra Santa. A la vez descubrimos otras rutas de transporte paralelas al Camino de Santiago; calzadas de carreteros y vías fluviales de comunicación entre sus posesiones, y que suponían la salida discreta al mar de sus productos o la entrada de personas.

Etapa por etapa se identifican todas las casillas que en el siglo XIII fueron punto de referencia en el efervescente entonces Camino de Santiago, realizándose con ello, una bonita y singular guía descriptiva. Un retablo en el que se huye de toda explicación convencional y repetitiva de los lugares e hitos jacobeos, buscando una original y nueva lectura, con pizcas de leyenda y de esa magia que de forma espontánea desprende el Camino y que le hace parecer que nada es casual. A la vez que se desencripta todas las claves y pormenores que han perdurado a lo largo del tiempo como extrañas reglas de juego.

El trabajo, en la misma línea peculiar, se completa con una iniciación a la historia de Santiago Apóstol, del Temple, las aves que le dan el nombre, además de la formación y evolución del Camino en sí, o faltando un rastreo por todos los antecedentes del juego a lo largo del tiempo y de la mitología clásica.

En su conjunto el libro es una apasionante lectura, -diferente de la actual-, que invita a recorrer de nuevo el Camino de Santiago descubriéndolo con otros ojos, de iniciado.

El Juego Templario de la Oca en el Camino de Santiago