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La gastronomía del Camino parte de lo más básico y se convierte en alta cocina

09 abril 2011 / Mundicamino

Luis Javier Rodríguez Moroy Presidente de la Academia riojana

Siete colectivos de gastronomía constituyen este fin de semana en Logroño la Asociación de Academias de los Caminos de Santiago.

Siete colectivos de gastronomía constituyen este fin de semana en Logroño la Asociación de Academias de los Caminos de Santiago. Están Galicia, País Vasco, Navarra, Aragón, Castilla y León y La Rioja. Tercer encuentro y acuerdo para firmar los estatutos. Luis Javier Rodríguez Moroy, presidente de la Academia de La Rioja, ejercerá de anfitrión el fin de semana.

¿Siete academias del Camino de Santiago?

Sí. Unas 35 personas. Unas 6 por cada una de ellas para poder constituir una Asociación de los Caminos de Santiago.

Habla usted de ‘Caminos’… El tradicional y…

Y otros. Claro que sí. Hemos celebrado tres reuniones hasta la fecha. Una, en Santiago; otra, en Santander y la última, en La Rioja. Academias de Gastronomía de los Caminos de Santiago… Varios ‘caminos’. Hay más que la ruta tradicional.

Por supuesto. Los caminos han sido varios a lo largo de la Historia.

Siempre hemos creído la Historia así. Hay comunidades que pertenecen al Camino del Norte u otras como Aragón, que pertenece al Camino del Ebro…

Y también hay otras vías…

Lo tenemos claro. Ahora somos siete pero tenemos previsto incluir también a la academia de Extremadura, que son los que han formado parte de la ‘ruta de la plata’.

Gastronomía y Camino de Santiago. Caminos, mejor dicho.

Siempre ha sido así. El Camino, los caminos, siempre han sido vías de desarrollo y cultura. Y en la cultura siempre hubo gastronomía. Ahí tenemos un referente común para todos.

Lo cierto es que el Camino no se ha valorado nunca mucho desde el punto de vista gastronómico.

Es cierto. Hay que empezar a valorar el Camino en todas las facetas. Y una de ellas es la gastronómica. No cabe ninguna duda.

Comida para atender las primeras necesidades, comida de pobres…

El Camino es un punto de encuentro. Un valor, una historia para considerar en todos los aspectos. Es cierto que hasta ahora no ha habido muchas referencias. Pero también hay que considerar que en su trayecto uno se encuentra con historias como la sopa de ajo o el pote gallego, que parten de lo más básico para atender primeras necesidades y luego se convierten en alta cocina.

Muchas veces ha sido así a lo largo de la Historia. De la comida de pobres a la mesa del gozo.

El Camino siempre ha estado lleno de imaginación. Lo cierto es que hasta ahora no se ha realizado ninguna valoración sobre la gastronomía que compartimos en el Camino. Pero es una buena propuesta.

Lo mismo ha pasado con el vino…

Totalmente de acuerdo. Gastronomía y vino forman parte de la cultura que hay en el Camino.