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«El Camino» pone el punto final

03 mayo 2011 / Mundicamino

El proyecto «El Camino», que nació el pasado 19 de marzo, y que tenía por objetivo recorrer una ruta de peregrinaje desde Sevilla hasta Santiago de Compostela en defensa de los animales finalizó ayer su segunda edición. Momentos de frío, de calor, de risas y miles de anécdotas que contar, cuyos protagonistas son animales de cuatro patas que, sin saberlo, eran los protagonistas de la iniciativa y representaban al resto de animales reivindicando sus derechos.

Han sido seis semanas y más de 1.000 kilómetros llenos de recuerdos y experiencias inolvidables en las que los peregrinos han recorrido junto a sus mascotas una gran cantidad de lugares en los que la naturaleza ha sido su principal acompañante.

Para Johanna Mayhofer, una de las organizadoras del evento, «ha sido fascinante ver cómo una iniciativa de este tipo puede servir para lanzar con éxito un mensaje de concienciación sobre la importancia que tiene el buen trato hacia los animales». Sus palabras reflejan el triunfo de la iniciativa, que calaba en el corazón de todos los peregrinos con los que se cruzaban y con las numerosas asociaciones de animales que se interesaron por el peregrinaje.

Las últimas jornadas del camino han sido mucho más relajadas que el resto, en las que, como señala Mayhofer, «el calor y las largas caminatas se hicieron algo pesadas», por ello «se agradece esta recta final, en la que estamos disfrutando de encuentros y fiestas junto a otros amigos defensores de los animales».

Era momento de celebrar y la última fiesta tuvo lugar el jueves por la noche en un encuentro muy «divertido y especial» en el que muchos voluntarios de la zona compartieron su amor y ternura hacia los animales al ritmo de la música.

Y es que la semana definitiva se recorrió íntegramente por tierras gallegas. Los continuos toboganes del Camino de Santiago contemplaron impresionantes paisajes en los cuales el castaño y el roble eran los principales acompañantes.

Uno de los momentos más emotivos tuvo lugar ayer por la mañana en la iglesia de San Francisco, en Santiago de Compostela. Tras un largo recorrido de un mes los animales recibieron una bendición muy especial. «Han sido muchas las personas que han venido a vernos, ya que además de los perros también entraron a la iglesia el burro, el caballo y el pony». Una forma sin duda alguna diferente y original de poner punto y final a unas semanas en las que los animales han sido los grandes protagonistas de un camino.