Apostol

Peregrino antes que cocinero

15 mayo 2011 / Mundicamino

Abulense, afincado tres años en Palencia por trabajo, se ha formado los últimos doce meses en Salzburgo, en el restaurante de Red Bull

El chef Pedro González recorrerá el Camino de Santiago desde Austria, en un viaje de 127 días.

Cocinero antes que fraile, y peregrino antes que chef. Cazuelas, sartenes y ollas tendrán que esperarle, que lo primero es el Camino de Santiago. Y recorrerlo le va a llevar unos meses a Pedro González Matos, un abulense de 25 años afincado en Palencia desde hace tres por trabajo (ha sido jefe de cocina en un restaurante de lujo de la provincia) que en los últimos doce meses ha estado formándose en el restaurante ‘Hangar 7’ de Salzburgo, símbolo del imperio de Fórmula 1 de Red Bull. Desde esa bella ciudad austriaca, cuna de Mozart, partió el pasado 28 de abril Pedro González con el firme propósito de arribar caminando a Fisterra, en un viaje de 127 etapas al que le restan algo menos de 2.330 kilómetros para su término.

«Eso marcaba la última señal que vi el domingo junto a una pequeña iglesia. No sé si era para dar ánimos, o para dar la puntilla», comentaba el lunes jococo Pedro González, al que no le disuade la dificultad de la empresa ni los problemas sufridos ya en su peregrinación. «A los tres días tuvieron que hospitalizarme con gastroenteritis por beber agua de un río, pero espero terminar el Camino, aunque tenga que hacer alguna parada más de lo normal. Los primeros días suelen ser los más duros, te duele hasta el alma, pero luego te acostumbras al peso de la mochila y se te hace más llevadero», agrega Pedro, que el pasado lunes se encontraba a unos 30 kilómetros de Insbruck. «Aunque es cierto que estoy un poco perdido, pero te vas encontrando gente que te ayuda, como el otro día en Alemania, que habían arrancado las pegatinas de señalización y no sabía dónde me encontraba. El propietario de un bar me invitó a cenar, y otra señora, a dormir en su casa», afirma Pedro, que ha trazado un itinerario que pasa por Austria, Suiza y Francia, para recorrer después el Camino primitivo (que parte de Oviedo), no el de Roncesvalles.

«Maduré la idea una noche que paseaba por Salzburgo y vi la señal del Camino de Santiago. Como me gusta mucho viajar, pues me lié la manta a la cabeza. Empiezas sin ser creyente, pero al final te haces más papista que el Papa y recurres a lo que no ves para pedir fuerzas», hace hincapié el cocinero abulense, que va a estirar sus vacaciones como si fuera goma de mascar antes de incorporarse al restaurante ‘Eleven’ de Lisboa, donde le espera Joachim Koerper, un restaurador asesor del restaurante palentino en el que ha trabajado Pedro y que guió al joven hasta Salzburgo para continuar con su formación. «Yo tenía ganas de aprender y de conocer mundo, así que trabajar en ‘Hangar 7’ ha sido impresionante. Todos los meses cambian el concepto de cocina y va un cocinero diferente a exponer su menú, el año pasado estuvieron los hermanos Roca», apunta Pedro, que en Lisboa continuará con su periplo de aprendizaje iniciado en Ávila en el restaurante El Almacén. El otro periplo, el aventurero, acabará en Santiago. Cuando llegue. Aunque para ser más precisos, culminará en Salzburgo, cuando tenga que volver a recoger su moto.