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Ballena o caviar en las alforjas de los peregrinos del medievo

07 junio 2011 / Mundicamino

Álvarez, autor del libro «El Camino de Santiago para paganos y escépticos», ha pronunciado la conferencia de apertura del V encuentro de peregrinos del Camino de Santiago, celebrado en la localidad madrileña de Villaviciosa de Odón.

En declaraciones a Efe, Tomás Álvarez ha explicado que el recorrido del Camino «es una magnífica ocasión para encontrar a una sociedad en la que perviven elementos de la Edad de Piedra al lado de la Era de la Globalización, y gozar del arte, la literatura, los mitos y las leyendas».

Álvarez se ha referido a las motivaciones del peregrino medieval para emprender la ruta a Compostela, un trayecto en el que el viajero encontraría desde los ecos de los grandes monjes -desde Eteria a Valerio y Fructuoso- a las reliquias de incontables santos, a través de un trayecto llenos de leyendas y milagros.

En ese trayecto, el peregrino pasó penalidades, pero también disfrutó de una gastronomía más rica de lo que nos imaginamos, pues en plena Edad Media, llegaban al interior de España desde las merluzas de Santander a la carne de las ballenas capturadas por los pesqueros vascos.

Además, era una gastronomía muy distinta de la actual, en la que se empleaban con profusión vegetales ahora no utilizados, se mezclaba el dulce con el caldo de gallina o se sazonaban las ensaladas con miel y variadas especias, en unas combinaciones propias de la cocina vanguardista.

«Creemos que era una peregrinación de mendrugos de pan y pocas viandas, pero en los reinos del norte también había refinamiento gastronómico que satisfacía a los viajeros más exigentes», ha apuntado Álvarez, tras analizar diversos menús típicos, desde los de los grandes hospitales a las humildes sopas que se ofrecían en un pequeño hospital cercano al río Órbigo.