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‘Shikoku Henro’, el Camino de Santiago nipón

12 junio 2011 / Mundicamino

Una de las islas del archipiélago asiático ofrece una de las experiencias más sensoriales del mundo, el ‘Peregrinaje de los 88 templos’.

Cerca de los templos existen lugares para pasar la noche gestionados por los propios monjes.

El tsunami que golpeó Japón el pasado mes de marzo no ha arrasado con la afluencia turística del país. Los que viajan al archipiélago nipón son verdaderos amantes de sus paísajes, gastronomía, cultura y costumbres y cuando se ama de verdad, se hace en las alegrías y en las penas. A pesar de esto, sí que ha cambiado la localización de los destinos, redirigiéndose hacia las islas del sur, las menos castigadas por el desastre.

La isla de Shikoku, situada debajo de la isla principal, Honshu, ofrece una de las experiencias turísticas más emocionales del mundo: el ‘Peregrinaje de los 88 templos’, un camino espiritual de 1.200 km recorriendo la mayoría de lugares sagrados. Cada año, 500.000 personas hacen este recorrido total o parcialmente, por motivos religiosos, turísticos, deportivos o lúdicos. Y no solo a pie, sino también en bicicleta, coche o incluso autobús. El punto inicial del trayecto es Ryozen-ji, pero se puede comenzar y terminar donde se quiera. La única condición, que el viaje se haga en el sentido de las agujas del reloj.

Paralelismos

El paralelismo de esta experiencia con el Camino de Santiago es inevitable. Los que hacen la ruta suelen ser ancianos, jóvenes, budistas, no budistas, estudiantes, parejas, etc. Cerca de los templos existen lugares para pasar la noche, como los refugios y albergues del peregrino en el Camino de Santiago. Los más típicos son los ‘shukubo’, gestionados por los propios monjes budistas del templo más cercano, que normalmente acogen a grupos de personas. También es tradición que los viajeros reciban por parte de la gente del lugar y de los templos los llamados ‘dulces para el peregrino’, normalmente elaborados con arroz y habichuelas. La gastronomía de este camino es uno de los principales motivos que atraen a los extranjeros, con delicias como la sopa típica ‘sobagome zosui’, el famoso ‘ramen’, las empanadillas ‘gyoza’ o una especialidad de bonito parecida al ‘sashimi’ pero con un punto de doración.

Si llenar la barriga con manjares orientales no fuera poco, a lo largo de todo el camino hay infinidad de aguas termales donde descansar cuerpo y mente mientras se disfruta de unos paisajes de leyenda. Muy cerca del templo Ishiteji (el número 51) se encuentra el Dogo Onsen, considerado el balneario más antiguo de Japón e inspiración del que aparece en la película ‘El viaje de Chihiro’, de Hayao Miyazaki.

La experiencia más tradicional, bella y espiritual de Japón está concentrada en esta isla y el camino espera para ser andado.