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Un nuevo albergue al borde del camino

21 junio 2011 / Mundicamino

La nueva casa del peregrino en Igartza está en pleno rendimiento tras su inauguración. El malagueño José González, que viene cubriendo el camino en bici, fue la primera persona en utilizarlo.

Era un sueño que ya se ha hecho realidad, un reto que cobró fuerza a la par que se rehabilitaba el conjunto de Igartza, que tuvo impulso en el momento que salieron a la luz las losas de cinco siglos de antigüedad sobre el puente. Estos últimos años ha sido un empeño del alcalde saliente Patxi Plazaola, todo un enamorado del Camino de Santiago. También se ha erigido un objetivo y reivindicación permanente de la delegación en Beasain y el Goierri de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago. Se trata del albergue de peregrinos que ya acoge a los primeros caminantes de esta milenaria ruta. El albergue se ha ubicado en las dos plantas superiores de la antigua vivienda del molinero de Igartza, al borde del mismo camino (ruta del norte) que va hacia Segura y Zegama, y la tradicional concha le delata.

Allí, en el mismo albergue, se ubica la oficina de información al peregrino. Este año la Asociación de Gipuzkoa del Camino de Santiago celebrará su fiesta el día 25 de julio en Beasain.

Muy funcional

Esta casa, adaptada totalmente a las necesidades del caminante, es muy funcional. Cuenta con veinte literas, además de espacio para otra veintena de personas que deseen dormir en sacos, una cocina, (microondas) los baños y una centrifugadora para secar la ropa.

El peregrino es recibido por una talla en madera realizada por Txomin Sarriegi y por un voluntario. Desde su apertura, esta responsabilidad recae en el zestoarra Miguel Zulaika que fue quien acogió al primer caminante que ha utilizado el albergue de Igartza. «Fue un malagueño que llegó a Irun en tren y desde allí emprendió en bicicleta la ruta Jacobea del Norte», señalaba a este periodico.

La oficina, los jueves

El albergue acoge también la oficina de información que hasta la fecha se ubicaba en la contigua ermita.

En el momento de la visita de DV dos personas rellenaban las fichas y Antonio Jarit les ofrecía detallada información. El urretxuarra llevaba la intención de cubrirlo en bici en dos semanas; en cambio el lazkaotarra Mikel Ayala había planeado hacerlo en 24 días a pie.