Apostol

Cuando cristianos, musulmanes y judíos peregrinaban a Santiago

25 junio 2011 / Mundicamino

La historia subyacente de la catedral emergió ayer en Litvi.

Dos destacados autores españoles de novela histórica, la vasca Toti Martínez de Lezea y el aragonés José Luis Corral Lafuente, protagonizaron ayer el último de los cafés con el público del Encuentro de Literatura de Viajes Litvi, en el que hablaron sobre Las catedrales, simbología y literatura. Ambos trataron de dar una visión «mixtilinea» entre lo que se conoce de las catedrales y la otra historia que subyace y que en las grandes crónicas no se ha plasmado. Previamente, en un animado têt á têt ante la prensa, los dos narradores describieron el Camino de Santiago como «una fuente de mil historias para contar».

Lo que quedó claro en el encuentro de estos dos creadores es que la Ruta Jacobea «está hecha sobre un camino ya trazado que no se sabe cuando comienza». La asimilación de los viejos cultos paganos a los nuevos, cristianos, cumplió un papel muy importante en el la acogida del Camino que, según Corral Lafuente, tuvo un gran éxito en Alemania porque Santiago en la Biblia es el apóstol del trueno.

Ruta Jacobea, Ruta de las Estrellas o Ruta Santa son denominaciones que los narradores desecharon. Para el escritor aragonés Ruta Jacobea es «una mala traducción del acusativo latino» que derivó en «el Camino de Santiago», cuando la buena traducción sería «el Camino a Santiago». Martínez de Lezea abundó también en esta cuestión, recordando que el Camino era, inicialmente, «una ruta mercadera».

Profeta del Islam

Otro aspecto poco conocido de la peregrinación a Compostela, resaltado por Corral Lafuente, es que esta fue protagonizada por personas de religiones diferentes al cristianismo. A la capital gallega, del siglo XI al XIII, llegaban musulmanes procedentes de Al-Andalus y del norte de África hasta Egipto, que venían a visitar la tumba del apóstol del Islam, que era Santiago, además de judíos de Córdoba y Sevilla. Y es que para los primeros, Santiago es uno de los principales profetas después de Mahoma. El escritor culpó de la ruptura de esta especie de alianza de civilizaciones a Almanzor, quien «atacó agresivamente» la catedral.

Por otra parte, los dos escritores de novela histórica hablaron sobre este género en el que, según ellos, se trata de desarrollar una historia donde los personajes «sienten, padecen y aman, pero con un fondo real». Una historia que para José Luis Corral debe ser «verosímil y no veraz». «Hay que amar la historia y hay que conocerla», subrayó Martínez de Lezea, quien sostuvo que los novelistas «no están obligados a ser historiadores, pero lo que no pueden es documentarse para una novela y no tener ni idea de historia».