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Amigos del Camino de Miranda de Ebro pedirá la creación de un albergue municipal para peregrinos

12 julio 2011 / Mundicamino

Apuestan por una instalación de unas 12 camas en la que también tendría su sede la asociación.

Más de 300 peregrinos, algunos llegados desde Japón y Australia, han pasado ya por Miranda.

La ruta dispone de un buen número de servicios, hasta el punto de que su señalización se encuentra al mismo nivel que la del denominado recorrido Francés, pero sigue habiendo carencias. Y la que resulta más evidente para la Asociación de Amigos del Camino de Santiago Vía de Bayona, es la falta en Miranda de un albergue municipal para dar cobijo el peregrino.

Una instalación que, en principio, no tendría por qué ser muy grande. Bastaría con 10 ó 12 camas, a las que se incorporarían los servicios básicos como baños para hombres mujeres y personas con alguna discapacidad , así como una sala en la que poder comer. Con esto sería suficiente para atender la demanda actual. «Ojalá el día de mañana este camino esté mucho más fuerte y necesitemos más espacio. Eso el tiempo dirá», apuntó Andrés Terrazas, presidente de la asociación.

Ahora lo importante es disponer de la dotación, teniendo en cuenta que Miranda en una de las poblaciones de mayor peso por las que atraviesa la ruta. «Es el sitio donde hay más gente para trabajar con el peregrino y donde éste puede tener acceso más fácil a médicos, farmacias y otro tipo de servicios». De momento, no hay presupuesto ni posible emplazamiento para hacerlo viable. Lo que sí tiene claro el colectivo es que debería abrir sus puertas en un lugar céntrico. «Al peregrino hay que darle facilidades para que coma, compre…». Hay que tener en cuenta que allí por donde pasan generan actividad económica.

Para Terrazas, que exista un albergue especialmente pensado para este colectivo «es muy necesario. Es una parte fuerte para que esto siga adelante. Hay en todos los sitios del camino menos en Miranda», apuntó.

Una sede propia

En el mismo lugar, en un local anexo, considerarían importante poder emplazar la sede del colectivo, ubicada físicamente ahora en el propio domicilio del presidente de la asociación. «Nos hace falta un sitio adecuado para tener toda la documentación, datos y toda esa enciclopedia de por qué este camino se ha reconocido como histórico», explicó.

Llevan varios meses dando vueltas al proyecto, pero hasta ahora no han movido ficha. Han preferido esperar a que se llevaran a cabo las elecciones y se formara una nueva Corporación municipal. Una vez hecho, tienen intención de solicitar en breve un encuentro con la responsable de Turismo para plantearle la conveniencia de disponer de este tipo de servicio.

El crecimiento moderado, pero sostenido, del número de personas que en su camino hacia Santiago pasan por Miranda avala su petición. En estos momentos, aunque no se pueda hablar de una cifra exacta, ésta supera los 300, mientras que por estas fechas, el año pasado, estaban contabilizados 280.

Además, en lo que llevamos de 2011 han podido constatar que cada vez es más diverso el origen de los que nos visitan gracias a la Vía de Bayona.

Y es que los que ya han pasado están haciendo que lleguen más, gracias al boca a boca. Ese es el caso de dos japonesas a las que el propio Terrazas ayudó a conocer la ruta entre Miranda y Pancorbo, después de que se despistaran y acabaran yendo por la N-1, al retirarse una señal por las obras del hospital.

El indicador ya se ha vuelto a colocar para evitar que la situación se produzca, ya que cualquier error puede tener una gran influencia en la imagen del recorrido. Las dos turistas, recordó el presidente del colectivo, resultaron ser escritoras sobre los diferentes Caminos de Santiago y tras recorrer la verdadera ruta cambiaron su calificación de no apto a recomendable.

Pero ellas no son las únicas que han llegado de tan lejos. Este año también hay constancia del paso de algún australiano, por ejemplo; y ya en Europa, también de austriacos, que se han sumado a los más habituales franceses, alemanes, ingleses, así como algunos daneses e italianos. «Es una sorpresa», zanjó.