Apostol

El Camino que nos une

18 julio 2011 / Mundicamino

En 1988 Coristanco y La Vendeé comenzaron a estrechar lazos con una serie de proyectos de intercambio en los que también participaron muy activamente el Centro de Promoción Rural-EFA Fonteboa y el Centre de Formation et Promotion Meslay.

Desde entonces han sido muchos los estudiantes y profesionales que han cruzado las fronteras española y francesa para conocer la forma de trabajar en el país vecino y también han sido numerosos los alumnos de Fonteboa que han realizado estancias de formación en explotaciones agroganaderas e industrias alimentarias de las respectivas regiones.

Las relaciones entre los dos centros de formación se vieron refrendadas en 1998 con el hermanamiento de los municipios de Coristanco y la Guyounière, iniciativa seguida por otras localidades de la comarca de Bergantiños, como Cabana y A Laracha.

Nuestros viajes a Francia nos permitieron constatar, entre otras cosas, que el Camino de Santiago ha sido siempre uno de los referentes para identificar Galicia. Todos conocemos la importancia histórica del Camino Xacobeo, también denominado Camino Francés. De hecho, en algunas localidades de La Vendeé hay calles que llevan la denominación Chemín de Saint Jacques, como reminiscencia de la tradición jacobea en toda Francia.

No son pocos los vendeanos que desearían realizar el Camino de Santiago. Y algunos a raíz del flujo de intercambios de estos más de 20 años, una vez llegados a la edad de jubilación (en Francia, hasta ahora, los 60 años), se han lanzado a la aventura de la peregrinación compostelana.

El primero ha sido Clement Danieau, agricultor, antiguo presidente del Centro Meslay, que en el año 2000, acompañado por un grupo de amigos, realizó la peregrinación desde su localidad hasta Santiago. Un año más tarde, en el 2001, Therese Leclair, una de las responsables del hermanamiento entre Coristanco y La Guyoniere, también aprovechó su jubilación para caminar entre Guyona y Compostela, y más recientemente, en el 2008, Bernard Deborde, antiguo profesor del Centro Meslay, realizó el itinerario desde Saint Hilaire de Loulay a Santiago. Lo hizo corriendo, una media de 100 kilómetros diarios durante dos semanas. Hay que decir que Bernard, a sus 61 años, es todo un atleta y participa habitualmente en todo tipo de carreras populares y maratones. Durante su hazaña de peregrinación vino acompañado por una hija que se encargaba, a bordo de una autocaravana, de las tareas de avituallamiento. Aunque jubilado, Bernard colabora con el centro de Meslay en la recepción de los grupos de Fonteboa.

Y estos días andan por tierras de A Costa da Morte, Claude Berthet, que cumplió ayer, 14 de julio, fiesta nacional francesa, 62 años. Junto con Bernad Drouet, entre el 15 de mayo y el 6 de julio, caminó 1.363 kilómetros, una media de 25 o 30 kilómetros diarios y siete horas cada jornada. Ambos, antiguos profesores de centros de formación profesional, habían estado en Fonteboa en los primeros años de la década de los noventa participando en los intercambios entre el centro coristanqués y Meslay.

Los dos realizaron la ruta jacobea, como testimoniaban a su llegada a Santiago, por motivos religiosos, impregnados también de motivaciones de superación personal, además de un afán cultural y paisajístico. Bernard Drouet, regresó ya a La Vendeé, mientras que Claude descansa estos días en A Ponte do Porto, acompañado por su esposa y otro matrimonio amigo. Ayer hicieron un alto en sus vacaciones para acercarse hasta las instalaciones de Fonteboa y celebrar con nosotros, sus amigos de Coristanco, el vigésimo aniversario de su primera visita.