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Interrogatorios «exhaustivos y durísimos» a los clérigos que custodiaban el -Codex Calixtinus-

20 julio 2011 / Mundicamino

La tardanza en reparar en el robo, clave en la posible salida del manuscrito de Galicia. En un principio, se pensó que el códice estaría en manos de un investigador.

El pasado 5 de julio, España se sobresaltó ante una noticia impensable: el robo del Codex Calixtinus, un manuscrito del siglo XII de valor fundamental en la historia de España, de Europa y del Camino de Santiago por ser la primera guía del peregrino de la ruta jacobea. Hoy, el estado de la investigación sigue estando oficialmente bajo secreto, pero fuentes de la misma han relatado a LA GACETA que los tres principales encargados de la custodia del códice medieval estuvieron “un día y medio” sin darse cuenta de la desaparición del valioso documento.

En un principio, los responsables del archivo compostelano atribuyeron el no encontrar el códice en su emplazamiento habitual a que “estaría siendo consultado por alguno de los investigadores que lo suelen consultar”, si bien normalmente se ofrece un facsímil para propósitos de investigación.

Malas rutinas

Efectivos de la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional sometieron a los responsables de la custodia del códice a unos interrogatorios “durísimos, muy duros” y “exhaustivos”. Una ronda de preguntas de las que tanto el deán de la catedral, José María Díaz, como Salvador Domato, archivero diocesano, salieron “bien, porque se sabe que no son los culpables”, si bien en ámbitos eclesiásticos se ha criticado la “rutina” con que se conservaba un documento tan excepcional. Por ejemplo, el lapso temporal de día y medio que supuestamente transcurrió entre la desaparición del códice y el darse cuenta de la misma fue clave, afirman las mismas fuentes, en que el codex pudiera salir de tierras gallegas. En todo caso, de lo que no se duda es de que la sustracción vino precedida de una operativa “muy sofisticada”. “Los ladrones tenían muy estudiados todos los movimientos”, indican las fuentes consultadas por este periódico, quienes sin embargo reprochan a los custodios del manuscrito una “rutina que linda con la negligencia”, desde el “dejar la llave en la caja” a, fundamentalmente, la lentitud en “constatar que [el libro] no estaba allí”. “Tenían que haberse dado cuenta [de la desaparición] en menos de media hora”, explican.

Quebranto de salud

Así las cosas, los archiveros responsables de la conservación del Codex Calixtinus están “destrozados y nerviosos” y alguno de ellos está recibiendo tratamiento médico por la ansiedad causada por el robo, en parte por la campaña iniciada en contra del Cabildo catedralicio compostelano en diversos medios de comunicación de alcance regional gallego.