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El Camino riojano según el «Codice Calixtino»

21 julio 2011 / Mundicamino

El ‘Codex’ robado en Santiago explica cómo era el tramo jacobeo en el siglo XII

«En España hay que visitar el cuerpo de Santo Domingo, confesor, que construyó el tramo de calzada en el cual reposa, entre la ciudad de Nájera y Redecilla del Camino», con estas palabras se refiere el ‘Códice Calixtino’ al calceatense Domingo García, fundador de la ciudad, en el capítulo titulado ‘De las visitas a los cuerpos de santos en este camino’. Como parte fundamental de la Ruta Jacobea, La Rioja y sus gentes aparecen reflejadas en el ‘Codex Calixtinus’, lamentablemente sustraído de la catedral de Santiago de Compostela. El valioso documento es un manuscrito iluminado de mediados del siglo XII, una particular guía para los peregrinos medievales que recorrían el Camino de Santiago y que incluye consejos de viaje, descripción del patrimonio artístico, noticias religiosas o información sobre las costumbres locales. Pero, además, el ‘Codex’ también contiene sermones, milagros, textos litúrgicos y temas musicales, relacionados de una forma u otra con el Apóstol Santiago el de Zebedeo.

Aunque el códice ahora sustraído recoge hasta 27 prodigios milagrosos obrados por Santiago, no incluye, sin embargo, la famosa Batalla de Clavijo (siglo IX). Cuenta la leyenda que, en víspera de enfrentarse a las tropas musulmanas, el Apóstol se apareció al rey cristiano -que el historiador Claudio Sánchez Albornoz señala como Ordoño I-, para ofrecerle su ayuda. Y fue en el denominado ‘Campo de la Matanza’ donde Santiago, a lomos de un corcel blanco, combatió al enemigo infiel y se ganó el sobrenombre de ‘Santiago Matamoros’. Esta victoria impulsa el mito jacobeo, de gran importancia propagandística en plena Reconquista, y traspasa definitivamente los Pirineos.

No obstante, en el año 950, casi dos siglos antes de que Aymeric Picaud inmortalizara su guía incluida en el ‘Codex Calixtinus’ (1140), la Ruta Jacobea había acogido a su primer peregrino ilustre. Era Gotescalco, obispo galo de Le Puy-en Velay, cuya presencia en La Rioja está documentada por Gomesano, monje amanuense de San Martín de Albelda: «El obispo Gotescalco, animado de una manifiesta devoción, ha dejado su país de Aquitania, acompañado de un gran cortejo, dirigiéndose hacia la extremidad de Galicia para tocar a la misericordia divina implorando humildemente la protección del Apóstol Santiago». Desde entonces el peregrinaje a Compostela se extiende desde toda la Cristiandad.

Como curiosidad, el ‘Codex’ también alerta sobre las aguas y los alimentos que el peregrino podía encontrarse en cada región: «Por Logroño pasa un río enorme, llamado Ebro, de saludables aguas y abundantes peces. Todos los ríos que se encuentran desde Estella a Logroño son malsanos para beber hombres y bestias, y sus peces lo son para comerlos».