Apostol

El turismo del peregrino

09 agosto 2011 / Mundicamino

Las asociaciones Amigos del Camino de Santiago y Guías Oficiales de Burgos promocionan el tramo local de la Ruta Jacobea con recorridos explicativos desde el albergue de la Casa de Los Cubos.

Huir por un tiempo de la rutina del trabajo o los estudios, encontrarse consigo mismo para aliviar ese sentimiento encontrado de vacío existencial o simplemente para vivir una aventura, solos o acompañados, descubriendo los nuevos parajes que van surgiendo a lo largo del trayecto, son algunas de las razones por las que millones de peregrinos de diversos lugares del mundo inician su viaje a tierras gallegas en busca de la tumba del Apóstol Santiago.

Protagonista principal en el trazado del legendario camino, la ciudad de Burgos supone por su situación geográfica, un paso obligado para los peregrinos, que recorriendo de este a oeste la ciudad, se presenta ante todos ellos como uno de los emplazamientos con más historia y aportación artística de la travesía, así como un lugar idóneo para relajarse y disfrutar antes de reanudar el duro camino.

Por este motivo, y con el objetivo de fomentar tanto el conocimiento histórico como el cultural entre los peregrinos a su paso por la ciudad, la Asociación de Amigos del Camino de Santiago, en colaboración con la Asociación de Guías Oficiales de Turismo de Burgos, llevan a cabo desde el pasado mes de junio recorridos guiados diarios por los principales enclaves de la ciudad.

«Santiago nos ha traído hasta aquí». Con esta frase, Fátima, guía local de Burgos, inicia la ruta ante más de una veintena de peregrinos de todas condiciones, padres con niños, ancianos, parejas y solitarios, reunidos ante la puertas del albergue municipal en la calle Fernán González. Tras una breve introducción a cerca del itinerario a seguir, la primera parada en el camino llega ante la Catedral, «centro y símbolo de la ciudad», afirma la guía antes de comenzar descubrir los entresijos de su construcción y el significado iconográfico de las representaciones escultóricas de su fachada.

Con el legendario templo de fondo, la guía presenta a los asistentes algunos datos históricos, desconocidos para la mayoría de estos peregrinos llegados de diferentes lugares del mundo, como Canarias, Japón, Inglaterra o Alemania; que explican el nacimiento y el esplendoroso desarrollo de la ciudad desde el año 884, cuando Diego Porcelos, conde de Castilla, repuebla y convierte la ciudad en bastión contra las incursiones del Islam.

Retomado el camino, Fátima descubre a los presentes algunos de los rincones más emblemáticos de la ciudad ya desaparecidos, entre ellos la antigua imprenta de Fadrique de Basilea, frente a la Catedral, donde se creó la primera edición de la popular obra de Fernando de Rojas, La Celestina. En ella, los peregrinos más interesados sacan sus cámaras para retratarse frente a la placa conmemorativa que atestigua el lugar que una vez ocupó.

Adentrándose en el Paseo del Espolón, con el fin de descubrir las antiguas puertas que le conectaban en épocas pasadas con la Plaza Mayor, la guía realiza una pequeña parada frente al puente de San Pablo y presenta al grupo de peregrinos, al que pese al frío viento de la tarde cada vez se van uniendo curiosos, la vida y leyenda del Cid Campeador.

El recorrido continua por la plaza de la Libertad, donde hasta el siglo XIX no existía más construcción que el emblemático Palacio de los Condestables, donde los Reyes recibieron a Cristóbal Colón tras su segundo viaje a las Américas.

Ya en la Plaza Mayor, ante la efigie de Carlos III, Fátima despide a los peregrinos, que finalizan su ruta con la Misa de la Catedral, no sin antes recomendarles lugares de interés cultural como el Museo del Libro, el de la Evolución o el Teatro Principal, así como otros centros de ocio y algunos comercios para hacer más amena su estancia en la capital burgalesa.