Apostol

Peregrinan con las cenizas de un amigo para esparcirlas en Santiago

02 agosto 2011 / Mundicamino

Nicolás murió poco antes de iniciar el Camino y sus compañeros quisieron rendirle este singular homenaje. Le concedieron la compostela póstuma.

La promesa y la lealtad hacia un amigo desaparecido es lo que ha movido a Enrique Espinosa, Antonio Hernández, Gregorio Quintana, Francisco José Ruiz y Francisco Romero a realizar el Camino Francés en bicicleta desde Burgos.

Este grupo de amigos procedente de Murcia comenzó a preparar ilusionado el viaje hace un año con su amigo fallecido, Nicolás Castellar. «Él tenía una gran fijación por hacer el Camino, era como una asignatura pendiente», afirma Francisco Romero en declaraciones a este diario.

El fallecimiento de Nicolás en accidente de tráfico a principios de julio no frenó el proyecto de este grupo de amigos y así se lanzaron a la Ruta «con Nicolás siempre presente», pues las cenizas de su amigo iban en un recipiente colocado en la bicicleta. Para Enrique esto fue vital: «Llevar a Nicolás en la bici nos daba fuerzas cuando las subidas eran muy duras».

Salieron el 22 de julio desde Murcia en una furgoneta que les ha servido de apoyo durante el Camino.Una vez en Burgos, el sábado pasado iniciaron el periplo xacobeo a un ritmo de ochenta kilómetros diarios. Reconocen que ha sido todo un reto llegar en solo siete días a la ciudad del Apóstol, pero con tesón y esfuerzo lo han conseguido.

Nicolás fue el promotor del viaje. Él los animó a que hicieran la Ruta y como recuerdo «también ha obtenido una compostela especial», comenta Antonio a este periódico. De algún modo, Nicolás ha participado en esta peregrinación, ya que sus cenizas también han recorrido el itinerario a bordo de la bicicleta. Una vez en Compostela, los peregrinos han hecho balance de este viaje y han evocado a su amigo en la praza da Quintana. Bajo el intenso sol del mediodía, ayer brindaban a su salud en una terraza, contentos y entusiasmados por lo que habían logrado, recordando que si no hubiera sido por Nicolás y su empeño por hacer el Camino nunca hubieran realizado esta particular y emotiva hazaña que marcará sus vidas para siempre.

Como colofón, a las diez de la mañana de ayer el grupo esparció las cenizas de este andaluz en Monte do Gozo, «en plena naturaleza y en un lugar muy alto», como a Nicolás le hubiera gustado.