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Los peregrinos tienen acento alemán

23 enero 2016 / Mundicamino

El año pasado llegaron a hospedarse en la villa viajeros de 58 nacionalidades diferentes.

El albergue de Avilés bate su récord de usuarios con 6.402, un 17% procedente del país germano.

Con cayado, mochila y unas botas sumamente desgastadas llegan muchos turistas cada año a Avilés. Son los peregrinos del Camino de Santiago, una ‘especie’ que venía a cuenta gotas hace tan solo una década, pero que ahora ya se cuenta por miles. El año que se abrió el albergue de peregrinos Pedro Solís de Avilés, 2002, fueron 363 visitantes los se hospedaron en él, una cifra irrisoria comparada con la de 2015, cuando llegaron hasta las instalaciones de Gutiérrez Herrero 6.402 personas.

El incremento ha sido espectacular y se ha ido produciendo de forma progresiva cada año. Solo con respecto a 2014, el número de usuarios del albergue ha subido en un 15%, registrando así uno de los crecimientos más importantes desde el inicio de la crisis económica y doblando la cifra registrada en 2009.

Avilés tiene cada vez más importancia en la ruta jacobea a nivel internacional. Los peregrinos que llegan desde otros países suponen ya el 60% del volumen total de usuarios de la instalación, frente al 40% de españoles. Y lo que más llama la atención es el importante peso de los alemanes, que son el 17,6% del total de ocupantes del albergue, siendo la nacionalidad con mayor presencia , solo por detrás de la española, y a mucha distancia de la segunda, que son los franceses. El año pasado se hospedaron en el Pedro Solís 1.128 teutones, mientras que los franceses supusieron 498 usuarios y los italianos otros 448.

Esta importante presencia de los germanos viene siendo una tónica habitual en los últimos años, como asegura el responsable del albergue, Alfredo Clero. «El Camino de Santiago es muy popular allí», explica, y apunta varias razones que pueden tener su influencia en esta circunstancia, como son la naturaleza deportista y viajera de este pueblo, su alto poder adquisitivo, que les permite viajar mucho, o el hecho de que un conocido periodista realizase la Ruta Jacobea y su reportaje, por entregas, tuviera mucha difusión en televisión.

La lista de nacionalidades de los peregrinos que han pasado por Avilés en los últimos meses es muy larga, y suma 58 países de origen diferentes. Muchos de ellos son europeos, pero también llegan de otros lugares como Canadá, Corea del Sur o Australia en número importante. El goteo llega incluso de lugares tan remotos como Arabia Saudí, Japón, China o Uruguay.

Este creciente éxito del albergue avilesino está claramente influido con la cada vez mayor aceptación del ‘Camino de la costa’, una ruta que se está popularizando tanto entre peregrinos que ya han realizado el ‘Camino francés’ como entre romeros novatos y, en realidad, los peregrinos que transitan por la villa son más que esos 6.402 que duermen en el albergue. Alguno solo pasa de largo, mientras que otros aprovechan para sellar su ‘Compostelana’ y se alojan en otros establecimientos hoteleros de la villa.

«El ‘Camino de la costa’ está claramente consolidándose y su reciente designación como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco incrementa su interés entre los peregrinos», sostiene el Ayuntamiento, muy satisfecho de la aceptación de las instalaciones municipales.

El Pedro Solís permanece abierto todo el año, aunque en estos meses de invierno apenas tiene uso. En todo el mes de diciembre únicamente pernoctaron allí 26 peregrinos, nada que ver con los 1.631 que se hospedaron en el mes de agosto. El verano es siempre la época en la que se registran más personas. Las condiciones climatológicas y las vacaciones estivales contribuyen a ello, aunque ya desde el mes de abril comienza a registrarse un importante volumen de ocupación.

«En agosto hay días que se juntan aquí 70 u 80 personas», asegura Clero. Hasta ahora no era infrecuente que algunos días hubiera que desviar a gente a otros alojamientos, pero el problema se agravará este verano toda vez que las obras de remodelación que se ejecutaron hace unos meses han supuesto la reducción del número de camas, que han pasado de 73 a 56 «para ganar en comodidad».

Los responsables del albergue, junto con el Ayuntamiento, están estudiando qué solución dar a estos peregrinos que acudirán durante el verano y se encontrarán sin un lugar en el que descansar. «Estamos pensando qué hacer, dónde alojarlos, y estudiando distintas posibilidades», cuenta. Lo que parece seguro es que habrá que buscar un inmueble alternativo para los días de mayor afluencia, sobre todo en julio, agosto y septiembre, cuando el número de peregrinos que duerme en Avilés supera los 1.000 mensuales.

Una de las posibilidades que se plantea es la de volver a utilizar el edificio multiusos Fuero de Avilés, que ya se habilitó mientras duraron los trabajos y que durante el verano sirve también para alojar a los participantes que acuden en agosto al Festival Folklórico Internacional.

El problema, no obstante, amenaza con agravarse con el tiempo, sobre todo debido a este importante incremento del número de romeros, y se hace necesario buscar una solución definitiva, que podría pasar por la creación de albergues alternativos en la zona. Actualmente hay escasez de albergues municipales para peregrinos en la comarca. El más cercano está en Soto de Luiña, a 38 kilómetros, aunque existen otros de carácter privado en localidades como Muros de Nalón, El Pito y San Esteban de Pravia.