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Una película alemana sobre el Camino de Santiago, la segunda más taquillera del país

29 enero 2016 / Mundicamino

Esta basada en el libro de un humorista germano, que llevaba una vida frenética hasta que dijo: «Bueno, me largo». Y eso hizo.

A pocos días de su estreno, la realización fílmica del peregrinaje de Hape Kerkeling por el Camino de Santiago se ha situado en el segundo lugar de las películas más taquilleras de este país. Es la Alemania profunda la que está fascinada con el fenómeno fílmico, pero ¿cómo llega una película sobre Camino de Santiago a este puesto?: la televisión. Los centros urbanos y sus elites intelectuales que rodean los teatros y las óperas somos una excepción a la gran mayoría de alemanes que se debe conformar con la televisión que llega cómodamente hasta el centro de sus hogares, aquí aparece el humorista Kerkeling a dar vida y color a la monotonía y a los largos y grises inviernos.

La vida frenética del humorista alemán, los cigarrillos, la cafeína le pasaron factura a su salud hasta que dijo: «Bueno, me largo». Este fue también el título de su libro que escribió cuando decidió hacer un giro espiritual y lanzarse a peregrinar por el Camino de Santiago con poco equipaje y muchas libretas. Con su decisión tocó el alma de muchos alemanes cuya válvula de escape es apenas un par de semanas en algún país cálido. Todo lo relató en su libro que salió a la venta el 22 de mayo de 2006 con una tirada de 50.000 ejemplares que se agotaron rápidamente. Estuvo varias semanas en el primer puesto de la lista de los más vendidos del semanario «Der Spiegel», el ranking más importante de Alemania. Desde entonces, el bestseller de Kirkeling ha vendido más de cinco millones de copias.

La realización fílmica de la novela autobiográfica, que mantiene el nombre del libro (en alemán sería: «Ich bin dann mal weg»), llegó en Navidad, con el trasfondo de la masiva llegada de refugiados, los atentados en París y el miedo que la guerra llegue a casa en un año extremadamente violento. En este contexto, la historia de Kirkeling es «luz»: la directora Julia von Heinz y el productor Nico Hoffmann lo sabían y contrataron al conocido actor Devid Striesow para representar al humorista que se pasea entre montañas y cielos azules, entre la angustia y la esperanza, en una travesía que para Kerkeling tuvo mucho de religioso. Interesante sigue siendo el efecto en el público, si acaso es un deseo de búsqueda, si acaso un deseo de escape de la realidad mediática, si acaso sólo la curiosidad.