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El chino que se enamoró del Camino

13 julio 2016 / Mundicamino

«Es como la vida humana», dijo el peregrino Dai Yue al llegar a Santiago.

Dai Yue o Carlos, el nombre que ha elegido en español, se niega a que su experiencia recorriendo el Camino de Santiago sea solamente un bonito recuerdo. Por eso este año, por tercera vez, viajará hasta Saint Joan Pied de Port para iniciar lo que para este peregrino chino es una experiencia sensorial «inolvidable». Son tantos los aspectos que le han fascinado de ese viaje a pie de casi 800 kilómetros que incluso ha decidido hacer una teleserie para la televisión china. El objetivo, insiste, sería acercar al país más poblado del mundo alguna de las curiosidades de la arteria sobre la que se vertebró Europa en la Edad Media. Una posible mina de turistas en un país emergente en la materia.

«El Camino es como una vida humana. Sales andando alegre, con ilusión pero de vez en cuando hay etapas duras, como en los Pirineos, que pasas por encima de los 1.400 metros de altitud. También encuentras buena gente y deliciosa gastronomía. Se disfruta mucho cada etapa», explica a La Voz de Galicia al término de una conferencia celebrada en las dependencias del Instituto Cervantes de Pekín. Allí un nutrido grupo de jóvenes chinos se han acercado a escuchar el relato de su experiencia y a pedirle consejos por si se animan a la aventura jacobea.

Dai conoció la existencia del Camino de Santiago durante un viaje a Europa en el año 2014 y decidió lanzarse a la aventura de transitar por sus caminos para imbuirse de su espíritu y tradiciones. Del trayecto que completó por primera vez, guarda historias que le impresionaron como la de una chica que tenía cáncer y que quería realizar esa ruta porque tenía miedo a morirse sin vivir esa experiencia». «Encontré gente con diferentes motivaciones, algunos jubilados, otros que estaban movidos por la religión y muchos como yo, que nos lanzamos por la curiosidad», afirma sonriente.

El Camino de Santiago es el primer itinerario cultural de Europa por su influencia y Dai lo ha comprobado de primera mano y por partida doble. «Me llama mucho la atención la cultura y el arte que se aprecian en el camino y que no se ven en ninguna ciudad por importantes que sean. Por ejemplo, el caso de las reliquias», dice este singular peregrino.

En su memoria se agolpan los recuerdos de una experiencia que le ha marcado de forma rotunda. «Es todo muy sorprendente. En la catedral de León, por ejemplo, me cautivaron unas piezas de seda hechas a mano por las monjas y que son mucho mejores que la ropa actual», cuenta admirado a los compatriotas que han acudido a verlo al Instituto Cervantes de Pekín.

Por eso, Dai Yue está decidido a producir una teleserie para alguno de los canales de televisión de su país, cuyo guion sigue puliendo para que pueda superar la censura que imponen las autoridades chinas a todo contenido audiovisual.

Aunque no quiere dar muchos detalles sobre el estado del proyecto, el elenco ya está elegido y serán actrices y actores muy conocidos en China para intentar llegar a la mayor cantidad de público posible. «Es una forma muy atractiva de dar a conocer el Camino de Santiago a todos los chinos, aunque tampoco descarto que pueda emitirse en alguna televisión de España», cuenta.

Dai destaca su sorpresa por la buena organización y las infraestructuras de las rutas jacobeas. «En China se puede peregrinar al Tíbet, pero se sufre mucho en el trayecto porque no hay caminos preparados. Sin embargo, cuando vas a Santiago encuentras todo a mano y bien indicado. Los albergues son austeros pero muy cómodos y los hospitalarios nos ayudan en todo», cuenta para añadir que «es una experiencia muy personal que hay que vivirla para saber de qué se trata». Para vencer la nostalgia que le acecha, este verano está decidido a volver a recorrer el denominado Camino Francés en busca de nuevas historias que guardar en su mochila.