Apostol

Los peregrinos ya tienen hogar

28 julio 2016 / Mundicamino

El centro escolar de Gros se prestó voluntario al enterarse de que las obras en la ikastola Jakintza impedirían dar cobijo a los 4.000 viajeros que llegan cada año a Donostia.

El colegio Mariaren Bihotza ofrece hasta agosto sus instalaciones como albergue.

Los peregrinos del Camino de Santiago ya tienen dónde descansar entre caminata y caminata a su paso por la ciudad. Aunque lograr unas instalaciones a contrarreloj no ha sido tarea sencilla. Las obras que se están acometiendo durante el verano en la ikastola Jakintza dejaban a Donostia sin ningún albergue para acoger a estos caminantes, que finalmente se instalarán en la ikastola Mariaren Biho-tza, situada junto a la playa de la Zurriola, y brindarán a estos aventureros un merecido reposo durante los meses de julio y agosto.

Período. Durante los meses de verano de julio y agosto estará disponible el albergue para todos aquellos que pasen por la ciudad.

4.000. Es la cifra de peregrinos que prevé albergar la ikastola situada junto a la Zurriola.

Fernando Imaz, presidente de la Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago de Gipuzkoa, lleva años liderando la misión de buscar y habilitar durante el verano un albergue para los peregrinos. En 2006, junto con los demás miembros de la asociación, «empezamos en el colegio de Jakintza, además de en Irun y Deba». Pero cuál fue su sorpresa cuando, poco antes del verano, supieron que no sería posible contar con las instalaciones que habían estado utilizando hasta la fecha en el centro escolar municipal del Antiguo. Tal y como ya adelantó DV, el tiempo apremiaba y había que dar con una solución, aunque para Imaz «lo peor es que nadie nos había comunicado nada sobre estas obras y mucho menos, con antelación». Imaz, y los demás socios, observaban que año tras año, «los espacios que nos cedían se iban reduciendo» y finalmente, llegó la inexistencia de un lugar para hospedar a los 4.000 caminantes que optan por hacer un alto en el camino al pasar por San Sebastián.

Tras el silencio que critica por parte del Ayuntamiento, Gobierno Vasco y demás entidades, y dada la preocupación ante la falta de un albergue para los peregrinos, el colegio Mariaren Bihotza decidió ceder sus instalaciones de forma desinteresada los próximos meses estivales. La asociación, ahora respira tranquila y no es para menos. El provisional alojamiento está situado desde el pasado día 7 en el gimnasio del colegio y habilitado con baños y duchas. Los caminantes podrán acceder entre las 15.00 y las 22.00 horas a las instalaciones, mientras que el horario de salida será a las seis de la mañana. De esta y otras cuestiones, se encargará María Luisa Mateos, que velará por el correcto funcionamiento del albergue.

Desde el primer momento «los peregrinos se están portando muy bien y no he tenido ningún problema y desde que abrimos todo funciona a la perfección», asegura. En su tarea diaria, la frase «no pongáis las mochilas encima de la cama» se repite constantemente, lo que recuerda a la clásica escena madre e hijo. Hecho aislado y que se toma con humor, ya que estar al cuidado de Mariaren Bihotza lo hace «a gusto y contenta».

Varios son los viajeros que esperaban ansiosos comenzar su etapa por el norte. Dos de los alojados provienen de Alicante y, dada su juventud, «es la primera vez» que se adentran en el Camino. Comenzaron el sábado a las siete de la mañana y esperan «que el cuerpo se adapte». Y es que el hecho de estar seis horas caminando desde el primer día, hace que su opinión se centre en que «está siendo muy duro». Tras su paso anterior por el albergue de Irun, el de la ikastola Mariaren Bihotza, era su segunda experiencia en tierras guipuzcoanas. Y aunque las comparaciones sean odiosas, se quedan con la experiencia que estaban viviendo en el de Sagüés: «El albergue de Mariaren Bihotza está mejor habilitado que el de Irún», confiesan.

Otros peregrinos ya son veteranos. Empezaron hace 5 años a sentir especial devoción por realizar el recorrido cada año y la experiencia se nota en los 25 kilómetros que son capaces de recorren cada jornada. Esta familia compuesta por un matrimonio, un niño y una niña se enfundan su ropa de montaña y hacen un hueco en sus respectivas agendas para poder acercarse «todos los años en julio». Anualmente, reservan «diez días» dedicados a una «pasión» que ha conseguido traspasar generaciones y que comparten gustosamente con sus dos hijos. Vinieron de Irun, donde «al llegar tarde después de siete horas andando, tuvimos que dormir en la parte subterránea de las instalaciones, que dejaba bastante que desear». Su próxima parada será Getaria, pero allí se hospedarán en «un albergue privado» para descansar. Situaciones personales aparte, todos coinciden en una misma cuestión: «Estamos satisfechos con las instalaciones de Mariaren Bihotza y agradecidos por habernos acogido». De no ser así, «tendríamos que haber seguido andando hasta el siguiente punto o reservar un hotel o pensión».

Contribución

Los peregrinos, en señal de agradecimiento, contribuirán con la voluntad a la Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago de Gipuzkoa, destinándose un tercio de los beneficios a Cáritas. A parte de un descanso en condiciones, los peregrinos necesitan alimentarse de acuerdo a su esfuerzo. Para ello, se ha llegado a un acuerdo con los establecimientos de la zona para sumar a su carta un menú para peregrino que permitirá que después de cada caminata, recarguen las pilas.

Con el fin de no olvidar su paso por Donostia y que no solo quede grabado en su memoria, la Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago de Gipuzkoa ha dispuesto un sello propio de la ikastola, que podrán recibir todos aquellos peregrinos que se crucen con Mariaren Bihotza en el camino.