Llegan a León los hermanos Oliver y Juan Luis Marfil, protagonistas del reto ‘Camino sin límites’, que recorre la Ruta Jacobea para sensibilizar sobre la accesibilidad.
Oliver y Juan Luis Marfil son dos hemanos granadinos que llegaron esta tarde a León como parada de su recorrido por el Camino de Santiago para concienciar sobre la importancia que tiene la accesibilidad para las personas con movilidad reducida. Juan Luis padece una discapacidad del 96 por ciento y co-protagoniza esta aventura de sensibilización que iniciaron en Roncesvalles el pasado 13 de septiembre.
En León pasarán una jornada de descanso antes de retomar el jueves el Camino de Santiago, que recorren desde hace tres semanas acompañados por varios peregrinos que han decidido sumarse a su mensaje y testimonio y adaptar sus previsiones al ritmo de los hermanos Oliver y Juan Luis, cuyo proyecto cuenta con el respaldo de la entidad La Ciudad Accesible, premiada por el Parlamento Europeo el pasado año.
Hasta ahora, tras haber superado el ecuador de su itinerario hace un par de días, el balance es más que positivo. «La magia del Camino existe de verdad. Empezamos sólos en Roncesvalles y desde el primer día teníamos a otros peregrinos. Vamos acompañados por gente de España y otros países que incluso han cambiado sus planes por caminar con equipo» explica Oliver, recién llegado a la capital leonesa.
Lo más complicado, afirma, fueron las primeras etapas, con bastante lluvia, subidas complicadas que obligó al uso de cuerdas en algunos tramos para poder mover la silla de ruedas de Juan Luis, a quien tuvieron que llevar en brazos en algunos momentos. Su madre, que viaja en un coche de apoyo, es la encargada de buscar alojamiento en cada localidad. Algunos albergues, subrayan, no están adaptados y otros obstáculos que se topan en su recorrido les demuetran que «muchas barreras no son naturales sino creadas por el ser humano», lamenta Oliver.
La experiencia, que han bautizado con el nombre ‘Camino sin límites’ le parece «increíble». Graban videos de cada etapa en los que, resalta, «se ve que todo lo que estamos viviendo es algo mágico. La gente es lo más importante del Camino. Todo el mundo te sonríe y te ayuda», resume antes de asegurar que Juan Luis «es el que mejor lo lleva de todos, va sonriendo y cuantas más dificultades y más locuras hacemos, mejor se lo pasa».
